El texto predictivo del celular es nuestro inconsciente digital. Si lo tenés activado, escribís una palabra y te la cambia por otra con un sentido irónico casi de inteligencia artificial. Hice una lista de las veces en que esta función del teléfono me hizo meter la pata, me indignó o me sacó una sonrisa.
—Con el predictivo del celular querés tomar un «vino tinto» pero podés terminar pidiendo un «vino tonto».
—Te cambia «fiaca» por «física», «macrista» por «machista», «Pichetto» por «puchero» y «porrito por perrito».
—Si no te das cuenta del cambio de palabra a tiempo, te puede hacer quedar mal cuando te estás chamuyando a alguien: «¿Vivís en San Termo?».
—A veces se hace el pícaro: una día escribí «risotto» y lo cambió a «risotadas».
—Otras veces demuestra que me conoce: puse «milanesa» y lo cambió a «milagrosa». Y de verdad tenía un hambre tremendo.
—Lo odio cuando me cambia «boludo» por «bólido».
—También es indignante cuando escribo «jaja» y lo cambia por «baja».
—Pero lo peor es cuando escribo «gay» y lo cambia por «hay». ¡Parece el papa Francisco!
—Escribo «puta» y me pone «punta», como diciéndome «qué boquita, ¿eh?».
—Insisto con «puta» y me pone «pura». ¡Ave María!
—Tampoco me lo banco cuando en vez de «supongo» me equivoco y escribo «supingo», y no lo corrige, se cruza de brazos, lo deja así nomás.
—Pongo «Lilita», por Carrió, y me lo cambia a «limita». Y me guiña un ojo.
—Escribo «Hotton», por Cynthia, y me lo cambia a «Horror». La debe conocer.
—Pongo «Ninci», por Mercedes, y me lo cambia a «Nunca». También la conoce, seguramente.
—Escribo Los Leuco y el predictivo me pone Los Leucocitos, células que intervienen contra sustancias extrañas o agentes infecciosos. ¡Yo sabía! ¡Sabía que Los Leuco en el fondo eran buenos!
—Escribo «short» y me pone «ahora», como deseando conmigo que venga rápido el verano.
—Pongo «Moria Casán» y me lo cambia a «Moría Casándose». And isn't it ironic... don't you think?
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