miércoles, 28 de septiembre de 2011

3ª Selección Cronicada de Tuits

Cada tuit es un ejercicio de imaginación, de creatividad, y en ese tren viajan algunos usuarios hábiles en el arte de escribir sentencias ingeniosas, que ayudan a matizar el agobio laboral, el aburrimiento u otras situaciones indeseables. Esta semana, a propósito de la explosión en Monte Grande (Provincia de Buenos Aires) y las conjeturas acerca de que se trate de la caída de un ovni, @LuchoPerotti hizo carcajear a miles de personas: Afirman que lo que cayó en Monte Grande sería un centro del Piojo López, en Francia '98. ¡Punto para la ocurrencia! También sorprendió @fedebillie, sacando a relucir su barrio (ya reflexionaremos sobre lo que es tener barrio y no tener barrio): La carrera política de Carrió es como la fatality de Raiden en el Mortal Kombat: izquierda, derecha, derecha, abajo, círculo. Marche un retuit. Siguiendo con el humor político, una (o uno) que se dedica a ello es @SandraTrucho (la caricatura virtual de la panelista de 678 Sandra Russo), que aludió al Año Nuevo Judío, celebrado ayer: Exijo nombre y DNI de quienes dicen que el año nuevo judío es el 5772. Me informan del INDEC que es tan solo el 2520. También @castrolucas mandó una digna de destacar: Dejé a mi ex porque me tenia podrido con su fanatismo por Luis Miguel. Además era fria como el viento, peligrosa como el mar. Twitter hace reír.

jueves, 22 de septiembre de 2011

2ª Selección Cronicada de Tuits

A veces cada tuit es un grito despiadado, una carcajada grotesca, un llanto, una queja, un quejido; contra los políticos, contra la iglesia, contra los empresarios, contra el estúpido y sensual examen, contra el colectivo que se nos pasó, contra Europa, contra Duhalde y hasta contra la primavera, que comenzó ayer. Hazte fan. Twitter, muy a menudo, es insoportablemente negativo. Ayer, @kity_cristian me reclamó (con razón y con buena onda): @juanjotucumano todas palidas tiras!!! Y me cayó la ficha. Cada tuit, una pena, un disgusto. Todo mal. Dejé de tuitear hasta que se me fue lo que en España llaman mala hostia. Y me puse a leer tuiteros "positivos". Por caso, mi amigo @Chichorovira, que escribió que Para los días de calor, no hay mejor opción que tomarse un helado de limón bañado en chocolate. O tiró un anuncio piola: Ahora, en Encuentro, "Quizás Porque - La historia del rock nacional". Muy bueno. Otro tuitero buena onda -lo descubrí esta misma semana-, @LuisDiegoF. Me detuve en sus comentarios sobre los escritorios y, luego, sobre los viajes: Montaigne (un genio, lean los Ensayos), decía que para superar la incompetencia tenías que viajar. Si no podés, hacete amigos extranjeros. Mi amiga mexicana @jexjex también le aporta color a mi timeline (y ternura): he descubierto que una de las mejores sensaciones que he experimentado en la vida es hacer una maleta de madrugada. La madrugada, justamente, es a mi juicio la mejor hora de Twitter. A esa hora encontramos, por ejemplo -siempre-, a @maticolombatti, que esta semana propuso crear un gueto nocturno: Los insomnes y trasnochadores tendríamos que formar un club. O un partido político. No sé. #Insomnio #Trasnoche. Buena onda. Vamos por ella.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Cada día más

Yo no tenía canas hasta que cumplí los 29 años que tengo hoy. No las tengo en toda la cabeza; sólo a los costados, en lo que en términos anatómicos vendrían a ser los temporales. Menuda alegoría para esta crisis, para esta antesala de los 30 años que, no todo el tiempo, pero sí de vez en cuando, me tiene a mal traer. Es que, en lo aparente, en lo tangible, tengo cada vez más entradas, más huecos, más visible la calva. En el fondo, es otra cosa. No sé bien qué es. No puedo explicarlo con claridad. Convivo con eso en mi inconsciente o subconsciente, qué se yo. No es nada grave, de todas formas: vivo. Pero está. Esos pequeños pelitos blancos aparecidos mágicamente, súbitamente. Señal directa de adultez, de que ya no somos niños, ni adolescentes. Tal vez esto sea como una segunda adolescencia... Sí, sí, ya sé que hay casos especiales, muchos quizás, de gente a la que durante los 20 tempranos ya comienza a salirle canas; o casos de falta de pigmentación natural, etcétera. No es mi caso. Mi caso es el del promedio: una persona que cumplirá 30 y que a los 29, un día, a la mañana, mientras se cepillaba frenéticamente los dientes, paró la marcha de golpe y se acercó a centímetros del espejo del baño para observar esos pelitos blancos. Esos pelitos blancos de mierda, que hoy son cinco y en un par de años serán cientos. No me calienta. Me preocupa. No, no me preocupa. Estoy en crisis. No me ayuden. Puedo solo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

1ª Selección Cronicada de Tuits

De Twitter valoro aquellas personas que demuestran día tras días un excelente manejo de la ironía. Quiero decir, no aquellos que escriben correctamente, sino quienes administran el sarcasmo con tino, con elegancia. No los que abusan de esta figura retórica y, en esos casos, sus comentarios ya son de mal gusto o, simplemente, sosos. En esta minisección semanal de El corcho que se inaugura en este post, la Selección Cronicada de Tuits, se destacarán hoy algunas sentencias irónicas -otro jueves serán axiomas; otro, versos; otro, misceláneos; y así-. Entre las irónicas, una de estas últimas madrugadas -momento del día de afable producción tuitera, hay que decirlo- me alegró el timeline una del traductor trotskista @DonCoglione: Licenciadas en Psicología que dicen "líbido". Hazte fan. O hazte garchar. También me agradó una de alguien a quien di un #FF hace poco y definí como crispador insensible y exquisito, @QuijoteConserva: Ahora ya está. Pero la justicia debe ponerse a trabajar en serio y encarcelar a ladrones de gallinas y a sujetos con tucas. Aludía a la absolución de Carlos Menem en el caso de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, tema que causó una catarata de tuits de la cual, con suerte, un 10% era realmente interesante, divertida, con la ironía lanzada con puntería. Para terminar, otro del tipo del colega uruguayo @motheguy: Entes prohibirán uso de chat y redes sociales a empleados porque "quita tiempo valioso para tomar café y conversar con los compañeros". De salón.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Redes sociales y Google+

El uso que les doy a las redes sociales en la actualidad se distribuye, más o menos, así: Twitter, el 60%; Messenger, un 20%; Facebook, un 15%; LinkedIn, un 5%; y Google+, 0%, nada. De Google+ soy un usuario absolutamente inactivo. De vez en cuando me llega un mail de Google+, en el que me avisan que alguien me añadió como amigo, que puedo añadirlo a un círculo y no sé qué más. No le doy bola. No sé si Google+ está creciendo (debería crecer, porque es nueva), mucho, poco o nada. No manejo estadísticas al respecto, ni he tenido la oportunidad de leerlas en algún lado. Pero del boca en boca infiero que está en zona de descenso. Google+ es estática, aburrida. Y, para surgir entre tanta penetración de Facebook, Twitter y MSN, entiendo que no es una propuesta novedosa. En Twitter -donde soy @juanjotucumano- me dijeron: a este paso todo indica que Google y las redes sociales nunca se llevarán bien. ¿Será?

martes, 13 de septiembre de 2011

Volver

Tendré Twitter, qué… desde hace un año y medio, pongámosle. Antes de eso, y tal vez unos meses después también, si escuchaba algo sobre favear, dar un #FF, hacer un #UF, retuitear, trending topics o un hashtags, bueno, pensaba que me hablaban de algún videjuego nuevo, que nunca entendería, porque todo lo que vino después del Super Mario Bros 3, para Family, ha sido para mí incomprensible. Claro. Hoy son términos consuetudinarios, como dar la mano, invitar un café, rehogar la cebolla o prender el televisor. Qué se yo. Twitter hoy es parte de mi cotidianeidad, de mi tiempo. Inclusive, me dicen que me he vuelto un tanto adicto; pero eso es para discutirlo en otra ocasión. El caso es que esta red informativa (subterfugio para eludir la cada vez más vapuleada categoría de red social) me ha ido alejando en forma paulatina pero certera de mi blog. Este, mi querido blog. El corcho. Esta situación me ha llevado a estar más de cinco meses sin postear nada acá y ahora quiero comenzar a revertirla. De hecho, si os fijáis, he comenzado a hacerlo en los últimos días, con un par de entradas medio pobretonas, pero entradas al fin. ¡Hay vida! Hay un autor que vive. Y un espacio, la blogósfera, que ofrece una hondura y una distensión que para la gimnasia periodística, diría yo, son harto valiosas. Valiosas porque podéis desarrollar mejor las ideas, los datos y las opiniones. Si habéis dejado abandonado vuestro blog, tirao como carné peronista -como decía mi abuelo materno, Piquillín, justicialista él, en los 90-, os recomiendo sacar el plumero del armario, sentaros a pensar y escribir aunque sea unas líneas, unas que sean como esa señal vital que tal vez reencienda vuestro cuaderno web, lo haga resurgir, os invite a pensar más profundamente, a romper el corsé de los 140 caracteres y, por qué no, a probar con la ficción. ¡Con dos cojones! Perdonad, pero me he españolizado. Y no sé por qué. Pero la sugerencia va en serio.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El mirador de los moribundos

Déjeme que le cuente una historia, le digo. Una vez estuve internado en un hospital, en Varsovia. Inmóvil, sin poder valerme de mi cuerpo, acompañado por otra melancólica serie de inválidos. Tedio, monotonía, introspección. Una larga sala blanca, una hilera de camas, era como estar en la cárcel. Había una sola ventana, al fondo. Uno de los enfermos, un tipo huesudo, afiebrado, consumido por el cáncer, un hijo de franceses llamado Guy, había tenido la suerte de caer cerca de ese agujero. Desde allí, incorporándose apenas, podía mirar hacia afuera, ver la calle. ¡Qué espectáculo! Una plaza, agua, palomas, gente que pasa. Otro mundo. Se aferraba con desesperación a ese lugar y nos contaba lo que veía. Era un privilegio. Lo detestábamos. Esperábamos, voy a ser franco, que se muriera para poder sustituirlo. Hacíamos cálculos. Por fin, murió. Después de complicadas maniobras y sobornos conseguí que me trasladaran a esa cama al final de la sala y pude ocupar su sitio. Bien, le digo a Renzi. Bien. Desde la ventana sólo se alcanzaba a ver un muro gris y un fragmento de cielo sucio. Yo también, por supuesto, empecé a contarles a los demás sobre la plaza y sobre las palomas y sobre el movimiento de la calle. ¿Por qué se ríe? Tiene gracia, me dice Renzi. Parece una versión polaca de la caverna de Platón. Cómo no, le digo, sirve para probar que en cualquier lado se pueden encontrar aventuras.

Hoy, haciendo reposo en mi departamento para que se me vayan las anginas, terminé de leer Respiración artificial, de Ricardo Piglia. El de arriba es un fragmento de esta novela.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Decisión de editor

Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Es lo que se escuchó en la cafetería de la Unsta, hace casi 10 años, cuando Crónica TV mostraba en directo cómo un avión se estrellaba contra un edificio gris inmenso, mientras, al lado, una cortina de humo y escombros daba cuenta del derribamiento de otro similar. El profesor de Derecho a la Información, Ernesto Salas, nos había avisado lo que hasta entonces era sólo una colisión impresionante. Puntual, entró al aula y anunció que no iba a dar la clase. Por esos días analizábamos la Doctrina de la real malicia. “No saben lo que ha pasado, chicos. Ha habido un accidente tremendo en Estados Unidos”. Pensábamos que nos estaba jodiendo. Algunos suponían que era una excusa poco seria para eludir el trabajo e ir a tomar café. Pero no: aunque estaba ya desde hacía varios años alejado de las redacciones, Salas, sin saberlo, con esa decisión nos estaba dando cátedra de periodismo. No la supimos valorar. El doctor Salas es hoy el subsecretario general de la Gobernación de Tucumán y es funcionario del gobierno de José Alperovich desde 2003. Entonces, en esa primaveral mañana del 11 de septiembre de 2001, además de docente universitario, aún se desempeñaba como abogado de la Asociación de Prensa de Tucumán (APT) y apenas comenzaba a incursionar en la política provincial. Sin embargo, su oficio estaba inalterado. Sin que se confirmase que se trataba de un ataque terrorista, el profesor Salas, con convicción, nos dijo: “me parece que hay que bajar e ir a verlo al bar”. En la academia, Salas dimensionó el hecho más trascendente de la historia reciente con astucia y rapidez, como si estuviese en el diario. Editó la mañana. Cedió su hora a la evidencia del periodismo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Derechas

Un 8,7% del electorado de San Miguel de Tucumán votó el domingo 28 de agosto a la derecha extrema: Fuerza Republicana (FR), Partido Republicano Fundacional y La Línea.
Ese 8,7% es equivalente a 28.114 votos solamente para la categoría de gobernador (sin contar las de legislador, intendente y concejal).
Ese 8,7% es igual a 28.114 votos de personas que defienden el genocidio, el terrorismo de Estado, el Operativo Independencia, el libre mercado y la iglesia Católica, así como la baja de la edad de imputabilidad para los menores y el rechazo a la despenalización del aborto.
A ese 8,7% habría que agregarles otra derecha más moderada y compacta en algunos partidos y una suerte de derecha-diáspora, que alcanza al Partido Justicialista (PJ) y a la Unión Cívica Radical (UCR).
Así las cosas, ¿a qué porcentaje ascendería el electorado de derechas de San Miguel de Tucumán? ¿A un 30%, un 50%, el 70%...?
Arriesguen.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Día de gloria

Quizás no haya nada más conmovedor para un niño que ir a elegir la bicicleta que le van a regalar. Es una novedad que lo embriaga, lo moviliza. Es un día de gloria. Estudiar el color, el cuadro, la silleta, los rayos, los frenos, los manubrios. Imaginarse ya en el barrio, mostrándosela a los vecinos, a los amigos, a los enemigos, a toda la cuadra. Y andar todo el día hasta que a la noche la vieja diga vení ya a comer y dejá de joder. Mañana tengo previsto ir a comprarme una bici. Con la parada de un joven profesional, me presentaré solemne ante el empleado del comercio y le contaré detalles del producto que quiero adquirir, cuáles son mis necesidades y los usos que le daré. Todo muy serio. Pero por dentro, como hace 20 años, se me saldrá chaveta del entusiasmo.