lunes, 13 de abril de 2015

La reforma ortográfica de Fernando Vallejo

Mi reforma ortográfica, señorías, que en esencia es la que propuso en el Siglo de Oro Gonzalo Correas (quien escribía «Korreas») pero acomodada a la realidad actual del idioma, la de que los hispanoamericanos hoy por hoy somos sus dueños, va así: «casa» con ka de «kilo»: «kasa». «Queso» con ka de «kilo» y sin u: «keso». «Aquí» con ka de «kilo» y sin u ni tilde: «aki». «Cielo» con ese de «suelo»: «sielo». «Zapato» con ese de «suelo»: «sapato». «General» con jota de «joder»: «jeneral». «Guerra» con ge de «ganas» pero sin u: «gerra». «Güevón» con u sin diéresis ni tilde: «guevon». «Burro» con be de «burro»: «burro». «Vaca» con be de «burro»: «baca». «Hijueputa» sin hache: «ijiueputa». Nuestras letras dobles con sonido sencillo, que son la che, la elle y la erre, se escribirán respectivamente s, l y r. Y así tenemos: «chapa»: «sapa», con ese africada postalveolar sorda y sin hache. «Carro» (como para decir que las prepago —prostitutas— quieren carro): «karo», con ka y erre dura. «Río» se escribirá «río», con erre dura. «Loco» se escribirá «loco», con ele normal. «Llama» se escribirá «lama», con ele rara. La ye de «el hombre y la mujer» irá con i latina: «el hombre i la mujer». «Wagneriano» se escribirá «bagneriano». «Examen» se escribirá «ecsamen». Se suprimen pues, señorías, la ce, la hache, la cu, la ve, la ve doble, la equis, la ye, la zeta, las tildes y las diéresis, a Dios se le quita la mayúscula y se les pone a tres letras viejas tres rayitas como la de la eñe, pero abajo en vez de superpuestas. Ahora, que si en vez de las tres letras con las rayitas ustedes prefieren signos nuevos, adelante, a dibujarlos, señorías, soy todo ojos y oídos. Voilà tout. Verán cómo desbancamos al inglés.

Vuelta pues atrás a los fenicios y a los griegos, a un signo por cada sonido. Donde nosotros tenemos la c, la k y la q con u los griegos sólo tenían la kappa. Y donde nosotros tenemos la b y la v, los griegos sólo tenían la beta. Y como fue volverá a ser en cumplimiento de la revolución inmóvil priista que guiará en adelante el mundo. Ortografía fonética sin resabios etimológicos, señorías. A este idioma le sobran ocho letras y al hombre, dos tetas.

(Fernando Vallejo, en su novela Casablanca, la bella)

domingo, 12 de abril de 2015

Los imprescindibles

Hay colectiveros que están frente a un semáforo en rojo y te abren la puerta para que te subas, pese a que vos no estás en la parada, y son buenos; hay colectiveros que frenan para dejarte subir mientras venís corriendo y no llegaste a tiempo a la parada, y son mejores; hay colectiveros que frenan para que subas cuando estás a media cuadra o más lejos de la parada, y son muy buenos; pero hay los que paran siempre para dejarte subir, estés donde estés... esos son los imprescindibles.
Los colectiveros constituyen un barómetro para medir la cantidad de personas buenas e hijas de puta que hay en Buenos Aires. Los ejemplos anteriores entran en el grupo de buenas personas, mientras que el resto de los colectiveros, los que te hacen «no» con el dedito detrás del parabrisas, los que se encogen de hombros y abren los brazos como diciéndote «y bueno... cagate» o los que ni te miran por más que le pegués patadas a la puerta, esos son los hijos de puta. Y en esta ciudad hay muchísimos. No puede haber tanta maldad, mi amor. No puede haber tanta maldad.

miércoles, 8 de abril de 2015

Hay belleza hasta en el vuelo de una bolsa de nylon

«Creo que podría estar muy molesto por lo que me pasó, pero es difícil estar enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces pienso que lo veo todo a la vez, y es demasiado. Y mi corazón se infla como un globo que está a punto de estallar. Y luego recuerdo relajarme y dejar de tratar de aferrarme. Y luego fluye en mí como lluvia y no puedo sentir más que gratitud por cada momento de mi estúpida vida. Estoy seguro de que no tienen ni idea de lo que digo. Pero descuiden: algún día la tendrán». Lester Burnham (Kevin Spacey) en el final de Belleza Americana.

miércoles, 1 de abril de 2015

El amor amenazado

En Elogio del amor, el filósofo francés Alain Badiou dice que el amor está amenazado: por el mundo liberal capitalista y por quienes lo consideran puro hedonismo. Y entre las acechanzas menciona al sitio de citas para solteros Meetic, comparable con nuestro contemporáneo Tinder y sucedáneos. Badiou alude a «un arreglo de antemano que evita toda casualidad, todo encuentro, y finalmente, toda poesía existencial, en nombre de la categoría fundamental de la ausencia de riesgos».
«Ahí están los dos enemigos del amor, en el fondo: la seguridad del contrato de aseguración y la comodidad del goce limitado», afirma Badiou y aboga por «reinventar el riesgo y la aventura, en contra de la seguridad y la comodidad».
También dice Badiou que «el amor no puede ser simplemente el vestido del deseo sexual», que «el amor es verdaderamente confiar en la casualidad» y que el amor «nos lleva a los parajes de una experiencia fundamental, la diferencia, y, en el fondo, a la idea de que el mundo puede experimentarse desde el punto de vista de la diferencia».
«Porque el amor, al fin y al cabo, sucede en el mundo. Es un acontecimiento no previsible o calculable según las leyes del mundo», dice Badiou.
Qué se yo. Dejemos el celular un rato.