martes, 24 de febrero de 2009

Sleep

Eric Whitacre, un joven músico estadounidense, compuso esta joyita de la música académica contemporánea: Sleep. Hace poco la ensayábamos con en el Coro de Cámara Tucumán. Creo que la cantamos un par de veces. Es un placer hacerlo. Es una obra muy sutil. Es impresionante. La letra, de Charles Anthony Silvestri, es una alegoría sobre la muerte. Aquí va una versión (no sé de qué agrupación coral es, pero suena muy, muy bien).

sábado, 14 de febrero de 2009

Mary Poppins y el crac económico

Probablemente, la escena que sintetiza más acabadamente las corridas bancarias es una del clásico de Disney Mary Poppins, de 1964. En esa secuencia cinematográfica, Michael Banks, uno de los dos pequeños a cargo de esa institutriz misteriosa y encantadora, se había negado a depositar los dos céntimos de sus ahorros en el banco del cual su padre era accionista. Quiero mi dinero, había gritado el niño, luego de que el jefe de la entidad financiera, una de las de mayor renombre en Londres, después de intentar persuadirlo, directamente le arrebató de sus manos las monedas. La queja, entonces, se expandió velozmente en el lobby de la empresa, como un derrumbe de fichas de dominó. Los clientes empezaron a reclamar sus ahorros a viva voz. El banco quebró.
La alegoría tal vez sirva para comprender un poco la actual crisis internacional, que comenzó siendo inmobiliaria, financiera, accionaria y estadounidense, y ahora ya es económica y global. La desconfianza ganó terreno. Las burbujas se reventaron una tras otra. Los mercados estallaron como pompas de jabón.
El ahora crac, que se desató en la segunda mitad de 2006 como consecuencia del colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo (subprime), en Estados Unidos, se agravó con el correr de los meses al punto que casi ninguna nación escapa ya de la retracción general del nivel de actividad. Y este año estuvo marcado, en particular, ya no por las subprime, sino por los coletazos del estallido de ese negocio traicionero, que creció extraordinariamente de la mano de un libremercadismo a ultranza:
• Bancos, aseguradoras y grupos económicos de distinta índole cayeron en bancarrota.
• Desaceleración de las principales economías, que luego se expandió al resto del mundo.
• Pérdidas millonarias generales.
• Escándalos sobre acciones fraudulentas hasta el momento soslayadas por el monstruoso flujo de capitales de las economías centrales.
• La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) dispuso inauditas rebajas de su tasa de interés. Sólo este año el tipo de referencia cayó del 4% al histórico 0% de hoy.
• Por primera vez, el capitalismo, como paradigma del progreso, ha entrado en un plano de cuestionamientos.
• De hecho, se dispusieron intervenciones colosales nunca vistas de los Estados en los mercados y acciones conjuntas entre los bloques de naciones del mundo.
Frente a este cambio de escenario -parafraseando Fabiana Cantilo- los Estados acudieron a la enfermera; Estados Unidos, al deshollinador.
En la principal economía del planeta se votó como presidente a un ciudadano afroamericano, de discurso progresista y de retórica de héroe sensible, con propuestas de gobierno modernas y concretas, aunque de dudosa efectividad en el caso de las orientadas a corregir la catastrófica coyuntura económica del País del Norte y del mundo.
Analistas entienden que se han sobredimensionado las posibilidades con que cuenta una sola persona de resolver los problemas de millones. La recesión ya golpea por lo menos a Alemania, a Italia, a España, a Francia, a Japón y a Estados Unidos, y se descuenta que a más países industrializados y a otros tantos emergentes -acaso, la Argentina- también los azotará en 2009. Por caso, según informes privados, el crac ya se cobró casi 9.000 despidos y más de 33.000 suspensiones laborales en nuestro país.

Entre el suelo y el techo
En otra escena de la inolvidable Mary Poppins, un tío de Bert, el compañero de aventuras de la niñera, estaba gravamente enfermo... de risa. Mientras el tío Albert -así se llamaba- más se reía, más alto volaba. Su lecho de enfermo era, pues, el techo. Y como la felicidad del tío Albert no cesaba, y con sus chistes contagiaba a los visitantes -Mary Poppins, Bert, y los pequeños Jane y Michael Banks-, todos terminaron tomando el té en lo más alto de su casa, entre carcajada y carcajada. Cuando los comensales anunciaron que se retiraban, al no poder curar al risueño anfitrión, el tío Albert, por fin, se recuperó de su enfermedad: quedó atrapado en una tristeza ingente, en el suelo de su comedor.
A los mercados también se les terminó la fiesta. Ahora, la economía mundial debería poner los pies sobre la tierra.

viernes, 6 de febrero de 2009

El día en que la astrología le ganó a la economía

Hace unas semanas, en Buenos Aires, con mi amigo Diego Jemio comentábamos una entrevista que el diario Crítica de la Argentina le había hecho a Ludovica Squirru. En la nota, la periodista María Fernanda Mainelli afirma que antes de que la astróloga, poeta y actriz trajera al país las predicciones basadas en el I-Ching, en el boliche te preguntaban de qué signo eras, pero ahora también te preguntan: ¿y en el Horóscopo Chino? Actualmente, en la Argentina y en Uruguay se venden 140.000 ejemplares del libro por año.

Hace unos meses, invitado por el diario La Gaceta de Tucumán, disertó en el ciclo de conferencias el economista Mario Blejer. Después de su charla magistral, y casi al final del período de intercambio con el público, una mujer le espetó al ex presidente del Banco Central que no estaba diciendo nada nuevo, ya que, mucho antes de que los gurúes de las mercados adviertan el estallido de las hipotecas subprime, Ludovica había predicho en el Horóscopo Chino que las cosas se iban a complicar en materia financiera. Atónito, pero pacífico, Blejer ensayó una respuesta técnica y racional, pero la mujer, porfiada, insistía en destacar la certera previsión de la astróloga más famosa del país. Ante la imposibilidad de convencer a esta honorable pero atrevida señora de que las causas de la crisis no son azarosas, Blejer esbozó un final elegante, silencioso, y, tras los aplausos del auditorio, se retiró del salón y se metió raudamente en el auto para protegerse de la lluvia.

martes, 3 de febrero de 2009

El mito Sebreli

Hace poco más de dos meses subí un post sobre una entrevista que mi colega Irene Benito le había hecho para La Gaceta al sociólogo Juan José Sebreli, a propósito de su nuevo libro, Comediantes y mártires. En esta publicación, el intelectual toma cuatro personalidades nacionales (Eva Duarte de Perón, Carlos Gardel, Ernesto Che Guevara y Diego Maradona), los cuestiona y elabora una teoría según la cual la insatisfecha sociedad argentina los convirtió en mitos populares debido a su necesidad permanente de ídolos. En torno de la entrada se había armado un debate acerca del ensayista y de su obra, que él mismo había anticipado que iba a generar escozor. Ayer, casualmente, leí una crítica bien ácida al propio Sebreli y a su nuevo libro. Salió en el diario Crítica de la Argentina y está escrita por un colega de Sebreli, Pablo Alabarces. Me impactó. En particular, el remate del artículo: El pensamiento de Sebreli forma parte de aquello mismo que critica: la liviandad exasperada con la que nuestra cultura erige a ciertas figuras como faros intelectuales o culturales a despecho de sus pobrezas. Exagerando, pero no tanto: Sebreli es a la sociología lo que Tinelli a la cultura de masas. No en vano, hace unos años le dio clases de filosofía a Mirtha Legrand. Los resultados están a la vista.