martes, 30 de diciembre de 2008

El DF, prima facie

Veintiseis millones de habitantes se calcula que viven en la Ciudad de México. Desde el cielo, una vista interminable de luces y de avenidas. Desde el autobús, carteles de propaganda oficial contra el crimen organizado y contra el narcotráfico, y publicidad de multinacionales. Poco verde; mucho cemento. Piedras preciosas y picante, para matar el hambre. Una mezcla de militancia nativista con capitalismo a ultranza. Pobreza y riqueza extremas. Y vasto merchandising de la Virgen de Guadalupe, en la que los mexicanos guardan la esperanza y redimen sus penas cada día. Podés comer frijoles, tacos y cajeta lechera; beber tequila y cerveza Corona. Podés escuchar rancheras, Luis Miguel y boleros conservadores, como los de las telenovelas de las dos de la tarde. La sequedad te quiebra los labios. El smog te opaca el horizonte. Te doblás el cuello mirando un rascacielo tras otro, y los aviones que salen del aeropuerto cada 40 segundos. Te asombrás frente a los frescos de Diego Rivera. Te intrigan las huellas de la civilización Azteca. Te estremecen las favelas; inmensas, en el cordón urbano. Distrito Federal, una extraña belleza, ancestral y moderna. Buenos Aires me atormenta. México me mata.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Sutileza

El ocurrente cartel dice No fume, por amor al arte. Pertenece al Museo Municipal de Bellas Artes Dr. Genaro Pérez, de la capital cordobesa. Dicho de paso, una pinacoteca que contiene obras argentinas de una excelente calidad pictórica -por lo menos, en la visión de un novato entusiasta como yo-.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Fresquita y burbujeante

El sifón Drago era estupendo. El envase, esa botella metálica transpirada y recién sacada de la heladera, provocaba inmediatamente unas ganas locas de beber soda. Sobre todo, en verano. Además, significaba un concepto innovador para el hogar: la autogestión de soda. La garrafa de gas se conectaba por un orificio ubicado al costado del pico; después se lo cerraba, se sacudía un poco la botella y voilà: hay soda. El otro día fui a comer un asado en la casa de un amigo y en la mesa había un sifón Drago. Me recordó a esas siestas calurosas en mi casa de la Crisóstomo Alvarez, en la que algunas veces me sentaba a tomar soda en el suelo, lo único que se mantiene frío en Tucumán cuando hace más de 30 grados.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Esa irritante e inevitable tarea doméstica

Si hay algún quehacer hogareño que detesto cada día más desde que vivo solo es el de anudar la bolsa plástica de la basura y poner una nueva en el tacho. Es lo que me causa mayor fastidio. Más que planchar, que lavar los platos, que baldear el piso. Sólo lo hago porque los puchos apagados y la comida sobrante juntos provocan un olor nauseabundo que, al menos en un departamento chico como el que alquilo, se siente en todos lados.

sábado, 29 de noviembre de 2008

El tradicional coloquio sobre el clima en Tucumán

Anoche un amigo me hizo reír mucho cuando se quejó del típico diálogo entre tucumanos respecto del clima. Tucumán es así. Ayer ha hecho 40 grados de calor y hoy ha caído una lluvia tremenda. Ayer la gente decía: “Hola, ¿cómo andás? Qué calor insoportable, ¿no?”. Y mañana van a decir: “Hola, ¿cómo andás? Cómo ha caído agua, ¿no?”. Acordate. Siempre dicen lo mismo; como si aquí nunca hubiera hecho calor y nunca hubiera habido tormentas. Nadie habla de otra cosa en esta provincia.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Encrucijadas

Ahora que están de moda los plebiscitos y considerando que vivimos en una sociedad atrapada por un maniqueísmo permanente, menciono aquí algunas dicotomías de ayer, de hoy y de siempre. Aclaro que soy enemigo de las antinomias, porque creo que casi todas son falsas; aunque a menudo llega el momento de decidir...

Coca o Pepsi / Blue Bell o Tello
Mostaza o mayonesa / Luis Miguel o Ricky Martin
Derecha o izquiera / Nokia o Motorola
La Banda o Alderetes / Concepción o Monteros
Campo o Gobierno / Seven o Sprite
Parque o plaza / Milanesa o hamburguesa
Africa o Asia / Mar o sierra
Chile o Brasil / Dulce de leche o mermelada
Sui Generis o Serú Girán / Virus o Soda
Chávez o Evo / Locro o humita
Empanada de carne o empanada de pollo
Canal 13 o Telefé / Canal 8 o Canal 10
Auto o moto / Par o impar
Sí o no / Blanco o negro
Marlboro o Philip / Rock o folklore
Shell o YPF / Salta o Jujuy
Sol o luna / Noche o día
Borges o Cortázar / Cronopio o fama
Italia o España / Naranja o manzana
Mate en bombilla o mate cocido
Chocolate o helado / Pan blanco o pan negro
Té o café / Tortilla o bollo
Villeco o Casapán / Gardel o Piazzolla
Remera o camisa / Capusotto o Casero
Pollera o pantalón / Teta o culo
Gato o perro / Bon o Bon o Cabsha
Cerveza o fernet / Bariloche o Mar del Plata
Inglaterra o Estados Unidos / Peronista o radical
Azúcar o limón / Merengue o crema
Capita o bizcochuelo / Cine o teatro
Adidas o Nike / Tato Bores o Enrique Pinti
Divinas o populares / Tinelli o Pergolini
Bailando por un sueño o Gran Hermano
Harry Potter o El señor de los anillos
Batman o Superman / Mirtha o Susana
Barrio Sur o Barrio Norte / Voligoma o Plasticola
El Griego o El Ateneo / Bazooka o Cowboy
Arroz o fideos / Navidad o Año Nuevo
Salado o dulce / Don Pepe o El Gordo Mario
Fox o Sony / Peso o Austral
Chocolate negro o chocolate blanco
Papas fritas o chizitos / Menotti o Bilardo
Quico o La Chilindrina / Tita o Rhodesia

lunes, 24 de noviembre de 2008

Poesía en el rock nacional

Al lado del camino - Fito Páez
Si alguna vez me cruzas por la calle, regálame tu beso y no te aflijas si ves que estoy pensando en otra cosa: no es nada malo; es que pasó una brisa. La brisa de la muerte enamorada, que ronda como un ángel asesino. Mas no te asustes. Siempre se me pasa. Es sólo la intuición de mi destino.

Puente - Gustavo Cerati
Hoy te busqué en la rima que duerme con todas las palabras. Si algo callé es porque entendí todo, menos la distancia. Desordené átomos tuyos para hacerte aparecer (un día más, un día más...). Arriba, el sol; abajo, el reflejo de cómo estalla mi alma. Ya estás aquí y el paso que dimos es causa y es efecto. Cruza el amor; yo cruzaré los dedos. Y gracias por venir. Adorable puente se ha creado entre los dos”.

Paloma - Andrés Calamaro
Si me olvido de vivir, colgado de sentimientos, voy a vivir para repetir otra vez este momento. Te bajaría del cielo, mujer, la luna hasta tu cama, porque es muy poco de amor sólo una vez por semana.

Inconsciente colectivo - Charly García
Mama la libertad, siempre la llevarás dentro del corazón. Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella siempre está. Ayer soñé con los hambrientos, los locos, los que se fueron, los que están en prisión. Hoy desperté cantando esta canción, que ya fue escrita hace tiempo atrás. Es necesario cantar de nuevo, una vez más.

Himno de mi corazón
- Los Abuelos de la Nada.
Sobre la palma de mi lengua vive el himno de mi corazón. Siento la alianza mas perfecta que injusticia a media voz. La vida es un libro útil para aquel que puede comprender. Tengo confianza en la balanza que inclina mi parecer. Nadie quiere dormirse aquí; algo puedo hacer. Tras haber cruzado la mar, te seduciré. Por felicidad yo canto. Nada me abruma ni me impide en este día que te quiera amor. Naturalmente mi presente busca flores; es de a dos. Nada hay que nada prohiba; ya te veo andar en libertad. Que no se rasgue como seda el clima de tu corazón.

sábado, 22 de noviembre de 2008

El ateísmo de Saramago

Leí hace unos minutos en el sitio de la revista Ñ una estupenda entrevista al escritor portugués José Saramago, a propósito de su nuevo libro, El viaje del elefante. El Premio Nobel de Literatura explica por qué no cae en la tentación de antropomorfizar al animal, pese a que es el protagonista en la obra; reflexiona sobre las palabras y los giros que aparecen y desaparecen como sedimentos en la mente, y fundamenta su descreimiento de dios mediante un argumento modélico, pero cristalino, franco. En particular, este razonamiento me ha llamado la atención. Yo no creo que haya podido existir alguna vez un dios, y cuando digo esto no me refiero únicamente al Dios de los cristianos, sino a cualquier dios. No hay dioses, los hemos inventado porque los necesitábamos. Pero como de todos modos le tememos a la muerte, si podemos creer que de una forma u otra habrá una existencia después de ella, entonces encantados. Pero para eso se necesita alguien superior, esa especie de autor primordial que permite que esto siga funcionando, y ese sería Dios. No creo y nunca lo he creído. En un universo en donde hay 400 mil millones de galaxias, y cada galaxia, según mis cálculos, tiene millones de estrellas, y cada estrella tiene sus sistemas de planetas en ese vacío total del universo... Bueno, bueno, si yo fuera Dios, habría inventado un universo menos complicado, más cómodo, más confortable. Es decir, me parece absurdo. Yo hablo tanto de religión porque me cuesta trabajo comprender, además por qué, si yo tengo una religión, estoy obligado a odiar a la gente de otras religiones. No debería sorprender, porque los que siguen al Real Madrid no pueden ni pensar en los que siguen al Barcelona. Si esto sucede en algo tan rudimentario como el fútbol, qué es lo que no ocurriría si yo creo en un dios y no puedo soportar la esencia de alguien que cree en otro dios. Es la prueba de que en el fondo somos bastante estúpidos, con todo respeto. Por eso a veces digo que el mundo sería mucho más pacífico si todos fuéramos ateos.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Polémico, ¿no?

Hoy leí en La Gaceta una entrevista muy interesante que mi colega Irene Benito le hizo en Madrid al sociólogo argentino Juan José Sebreli. El ensayista sostuvo que la argentina es una sociedad de insatisfechos, que necesita de los mitos para rendirles culto. Eligió cuatro íconos argentinos para ilustrar su nuevo libro Comediantes y mártires: Eva Duarte de Perón, Carlos Gardel, Ernesto Che Guevara y Diego Maradona. Gardel era conservador hasta el punto que intervino en campañas contra Yrigoyen. Evita fue peronista, el Che, comunista. Y Maradona, un oportunista que estuvo con los militares, con Alfonsín, con Menem y, ahora, con los Kirchner. Los cuatro son diferentes pero el populismo los metió en una bolsa donde todos los gatos son pardos. Los asimiló y les dio la condición de ídolos nacionales, disparó. Su publicación, presagió el intelectual, va a generar escozor.

martes, 4 de noviembre de 2008

Muchas veces se canta la letra que no es

Rock del gato, de Los Ratones Paranoicos
Es: Quiero verla en el show....
Se canta: Quiero ver la ilusión....

Mariposa Tecknicolor, de Fito Páez
Es: ...llevo un destino errante...
Se canta: ...llevo un vestido grande...

Demoliendo hoteles, de Charly García
Es: Yo que nací con Videla...
Se canta: Yo que nací con mil ideas...

La maza, de Silvio Rodríguez
Es: ...que cosa fuera la maza sin cantera...
Se canta: ...que cosa fuera la maza sin campera...

La bestia pop, de Los Redonditos de Ricota
Es: A brillar, mi amor...
Se canta: Al billar, mi amor...

miércoles, 29 de octubre de 2008

Sugestivo

El mejor título que leí sobre la designación de Diego Maradona como DT de la Selección Argentina es uno que salió en El Cronista Comercial. Dice Grondona dejó en manos de Dios a la Selección. Es suspicaz, irónico, compacto y claro.

viernes, 24 de octubre de 2008

Tránsfugas

Persona que pasa de una ideología o colectividad a otra. Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato. Militar que cambia de bando en tiempo de conflicto. Estas son las tres acepciones del Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, para la palabra tránsfuga. A propósito de esta introducción, aquí transcribo el remate del último panorama económico de Marcelo Batiz, columnista de la agencia DyN, titulado Corralazo.

En 1994, cuando se sancionó la ley del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, los sindicalistas Oscar Lescano, Amadeo Genta, José Lingeri y Ramón Valle constituían Futura AFJP; Oscar Parrilli (secretario general de la Presidencia durante el gobierno de Néstor Kirchner y actualmente del de Cristina Fernández) defendía la iniciativa de Domingo Cavallo, en carácter de miembro informante del bloque de diputados menemistas en el Parlamento; Sergio Massa y Amado Boudou militaban en la hiperprivatista Ucede (el actual titular de la Anses luego dio cátedra en el CEMA de Roque Fernández y de Carlos Rodríguez), y Martín Redrado presidía la Comisión Nacional de Valores, organismo que impulsó como ninguno la creación de un sistema previsional privado para ampliar el mercado de capitales. Por no añadir que un gobernador santacruceño ejercía su opción por la capitalización.

sábado, 18 de octubre de 2008

No bombardeen Buenos Aires

Mediodía del 11 de septiembre de 2001. El mundo, conmocionado por el ataque terrorista contra Estados Unidos. Los medios, convulsionados por el monstruoso caudal informativo. La televisión y las radios recogían lecturas prematuras sobre la agresión aérea de Al Qaeda a las Torres Gemelas. Sentencias. Las diferencias ideológicas no justifican la muerte de personas inocentes. Reflexiones. Es una cachetada al corazón del capitalismo exacerbado y de la hegemonía política. Vaticinios. Es el embrión de la Tercera Guerra Mundial. Hablaron todos: políticos, economistas, sociólogos, religiosos, artistas. Dijeron nada. Pero hubo una excepción soberbia, inigualable.

Notero de TV: ¿Qué opinás del atentado?
Charly García: Qué puntería, ¿no?

miércoles, 15 de octubre de 2008

Estrofas sublimes

• Quiso la siesta ponerle un niño a su soledad, de trigo y luna y de su mano María va (Antonio Tarragó Ros)

• Me voy pa’ los cerros altos, a llorar a solas lejos, pa’ ver si se apuna el dolor, subo, subo (Rolando Chivo Valladares)

• Ya relincha el nuevo día, caballito de la suerte; es un galope la vida, que lleva justo a la muerte (Raúl Galán)

• Ay, qué camino tan desparejo: la angustia, cerca, y mi niño, lejos (Hermanos Núñez)

jueves, 9 de octubre de 2008

Facebook

En mi departamento, hace unos días, nos juntamos entre amigos para compartir una guitarreada a la que asistió una izquierdista, que opinaba que Facebook es un instrumento de la CIA para mantener identificado a todo el mundo. No sé si su teoría es descabellada o acertada, pero lo cierto es que Facebook me parece uno de los máximos exponentes de la estupidez humana contemporánea. Un amigo me inscribió de prepo en esa autodenominada comunidad social de internet. Me dijo que Facebook es buenísimo. Me bastó ingresar tres veces para darme de baja. Consignas tales como qué gaseosa serías u obsequios como empanadas o mates virtuales... ¿qué clase de boludeces son estas? Solicitudes de amigo... ¿cuál es el concepto de amigo que maneja un usuario Facebook? De la lista de amigos que me armé en Facebook -sin esfuerzo alguno- creo que ni el 20% llegaba a significar amigo, al menos en el concepto que yo manejo del término. Así es que en la nómina incluí personas a las que tal vez nunca vería en mi vida. ¡Ah, pero eso sí: les iba a poder convidar M&M’s virtuales! ¡Son de ricos los M&M’s por internet!

Creo que hay que comer de verdad, tener amigos en serio y dejar de perder el tiempo en imbecilidades como Facebook.

martes, 7 de octubre de 2008

Reflexión sobre las versiones

El otro día me puse a descargar música. Había anotado que iba a bajar Zamba de Argamonte (Gustavo Cuchi Leguizamón), interpretada por Liliana Herrero. Como busqué el tema por el nombre, no por el artista, aparecieron muchas Zamba de Argamonte. Decidí entonces bajar todas para escucharlas y ver cuál me gustaba más. Pero resulta que me gustaron todas. A ver: me sigue pareciendo mayor la de Liliana Herrero, porque ella no deja pasar un verso sin sentirlo, sin expresar una idea; y desde el punto de vista vocal, maneja a la perfección la dinámica y los silencios y juega finamente con los tempos, como el bueno de João Gilberto. La del Dúo Salteño me sorprendió por los extraordinarios agudos y los largos portamentos de los dos cantantes. La de Las Voces Blancas, con sus impecables y dulces armonías, me hace figurar al gaucho manso en el silencio del cerro, en la oscuridad de los árboles en la noche, bajo la luz blanca y potente de la luna. La de Los Fronterizos, más rapidita, proyecta, en cambio, un galope veloz, más campestre. Me gustaron todas las versiones; en particular, porque todas saben diferente. Allí radica el éxito de las canciones versionadas: en la impronta que le da cada artista, cada grupo. No me explico, por ejemplo, cómo puede haber resultado tan exitoso el disco Inconsciente Colectivo de Fabiana Cantilo, cuyas versiones son prácticamente imitaciones de las originales. En Me arde, si se lo escucha con atención, la cantante copia hasta la fonética de Andrés Calamaro. El otro día charlé por primera vez con el Topo Encinar, en el cumpleaños de mi amiga Valeria Totongi, y él reprochaba a los coveristas e insistía en que los músicos debían dejar de lado las interpretaciones para virar hacia la creación. “La gente quiere que le rompan la cabeza con cosas nuevas, loco”, me decía. Y creo que tiene razón. De todas formas, las buenas versiones también te pueden romper la cabeza. Hablando de Liliana Herrero, la semana pasada fuimos a escucharla al teatro San Martín con mi amigo Diego Jemio, y coincidimos en que la de Cosechero es sugestiva, muy original, como la mayoría de sus interpretaciones. Lo bueno es cuando una interpretación te sorprende, cuando se diferencia para bien del original.

viernes, 3 de octubre de 2008

¿Qué horas son, mi corazón?

En la estrellada madrugada de hoy, frente al solemne edificio del Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán y a la vuelta de la Comisaría Segunda de la Policía sesionaba un parlamento improvisado de trotamundos. El apetito de marihuana los había expulsado de La 470, una cueva con paredes de ladrillos a la vista y puerta vidriada pero tapada por discretas cortinas. Allí tocaban bandas locales de reggae y de ska. Yo había ido a escuchar a una de ellas, Ad Hoc, que integran tres amigos y ex compañeros del secundario. Había ido con una amiga que estaba acompañada por otra suya; la primera licenciada y la segunda estudiante avanzada de Historia. Ambas venían de beber cerveza en un antro cumbio con mesas de pool, en Barrio Sur. La ingesta había sido moderada, pero no frenó el payasesco portuñol con una pizca de tucumano básico que ensayaron para conversar con uno de los nómades, artesano él, oriundo de Río de Janeiro. Vestía una bermuda color crudo, alpargatas, un suéter largo, una riñonera de esas que van cruzadas al tórax, y un gorro de lana. “Tengo una hermana que vive allá y que es dueña de un servidor de internet. Gana mucho dinero. Me ofreció pagarme la rehabilitación en una clínica. Yo le dije que soy dueño de hacer con mi vida lo que quiera”, decía, orgulloso, indiferente. Estaba en Tucumán para visitar a su hijo, Mateo. “Por suerte está en esta ciudad, en una casa linda. Aquí no hay ni el cinco por ciento de violencia que hay en Río”, apuntaba, ya melancólico. En ese congreso callejero de bohemios se encontraba, además, un cordobés de una inconfundible tonada arrastrada, al que se lo escuchó musitar, cabeza gacha, que quería volverse a su provincia. También, un porteño de Villa Crespo, rocker él, hincha de San Lorenzo, que relataba los últimos conciertos que había ido a ver en distintas ciudades del país. “En Tucumán siempre alguien te abre las puertas. Buenos Aires es una mierda. El otro día estuve en San Luis. Me había ido a verlo al Indio (Solari). La entrada costaba 150 mangos. ¿Sabés que hice? Me compré así un trozo de merca y me fui a la casa de un chabón amigo. No lo vi al Indio. ¡Pero lo escuché! ¡Desde el patio de la casa se escuchaba todo, loco!”, exponía, con un narcótico entusiasmo y las persianas de sus ojos semiabiertas. Detrás de él, otro andarín, un centroamericano, intentaba chamuyarse a una francesa de pelo corto que no entendía nada de ese castellano playero, de ese reggaeton hablado. “Aquí vas a probar faso puro, no como en Europa, que le meten tabaco”, le decía. Ella sólo lo miraba. Después, tal vez, se perdieron para entenderse mejor. A todo esto, la amiga de mi amiga, que es de Ledesma, Jujuy, se reía del portuñol que espontáneamente se practicaba con el carioca. A su lado, una chica, tal vez la novia del cordobés, tosía, vomitaba y enseguida le hacía una seca a un cigarrillo de vaya a saber qué yerba. A lo lejos se escuchaba la interpretación de un clásico del jamaiquino más famoso. La música introdujo a todo el colorido peregrinaje nuevamente en el salón. En la vereda, a la sombra de un viejo y flaco naranjo, y entre el persistente olor a cannabis, quedaron la soledad del viajero errante y la nostalgia del sueño imposible, de la ilusión eterna.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Un clásico

Me acordaba el otro día lo bueno que era el grabador doble casetera. Esos aparatos eran de los pocos que permitían acopiar música con la mayor fidelidad de sonido (en esa época, claro está). Hasta que se masificaron, y obviamente antes de que surgiera el compact disc (CD), para grabar un casete había que tener dos equipos: poner a reproducir el casete original en uno y, en simultáneo, y bien cerquita, presionar juntos los botones play y record para grabar el casete virgen en el otro; y hacerlo todo en una habitación cerrada, en el mayor de los silencios, para evitar que se grabaran ruidos externos. También se podía grabar casetes que no fueran vírgenes, tapándoles con cinta scotch los dos agujeritos de arriba. Una familia vecina del departamento de San Lorenzo 980, en el que viví hasta los 12 años, tenía un doble casetera; y yo pasaba tardes enteras grabando casetes. Ese equipo estaba bueno, porque tenía lo que se llamaba copiado rápido, que posibilitaba la grabación en una velocidad mayor que la de la reproducción; pero se decía que eso le hacía perder calidad a la grabación. Qué masa que eran esos aparatos. Qué feliz fui cuando mi viejo cayó a mi casa con uno. Ya ni sé qué se hizo.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Fantasía hospitalaria

A los cirujanos se les va la mano. Y a las enfermeras, también. Según publicó Télam esta semana, dos enfermeras del hospital municipal de la localidad bonaerense de Saavedra fueron separadas de sus cargos por haberse sacado fotos en ropa interior, en su lugar de trabajo. Las fotos circularon por los teléfonos celulares de sus compañeros y de varios vecinos. “Este hospital siempre tuvo un buen nombre y queremos que siga así. No tenemos mucha explicación de lo que pasó pero de allí a sacarse fotos y encima mandarlas para que las vieran otras personas es algo raro”, dijo el director del nosocomio, Raúl Wagner, según la agencia oficial de noticias. En el cielo, Olmedo y el gordo Porcel deben estar cagándose de risa.

martes, 9 de septiembre de 2008

Agostamiento

En los últimos días escuché a dos amigos míos anticipar que cerrarán sus blogs próximamente. ¿El motivo? La escasez de temas para subir. Quiero creer que esto no es tan así. No voy a caer en el cliché de afirmar que los periodistas -la mayoría de los blogs que conozco pertenece a periodistas- no pueden tirar la toalla por falta de ideas para postear. Decir eso sería una cabronada. Pero sí considero que ese argumento, el de la escasez de temas, no es acabado ni convincente. Espero que las advertencias de mis amigos hayan sido, en realidad, golpes de efecto para plantear la incomodidad y acaso el fastidio que provocan esos largos períodos de sequía, a los que hay que entender como lógicos, normales, si se quiere. No sé si será la época del año, de mucho trabajo, o la falta de lluvias o la campaña electoral en Estados Unidos o la separación de Graciela Alfano con Matías Alé o qué se yo; pero he notado que muchos de los blogs que habitualmente visito están demorando las actualizaciones más de la cuenta. Y no los culpo; a los autores, mejor dicho, porque estimo que en la mayoría de los casos hubo algún lapso en que cada blog se mantuvo inmóvil. En mi caso esto se dio varias veces. Por eso, no los culpo, insisto. Pero desde aquí por lo menos van a llevarse, si alguno ha llegado ya a esta parte de este aburrido post, una breve arenga: no aflojen y sigan posteando.

(¿Se nota mucho que estoy en casa, con gripe, y que no tengo absolutamente nada para postear?)

sábado, 6 de septiembre de 2008

La noche, el amanecer y el atardecer


Anoche vi La vie en rose, sobre la vida de Edith Piaf. Me gustaron muchas cosas de la película; en particular, algunos diálogos. El que aquí destaco aparece casi al final del filme, cuando el gorrión de París, ya en el ocaso de su carrera y de su vida, concede una entrevista a una joven periodista, en una playa, mientras teje un suéter.

- ¿Le gusta la noche?
- Sí, con muchas luces.
- ¿Le gusta el amanecer?
- Con piano y con amigos.
- ¿Y el atardecer?
- Sí, porque para nosotros es el amanecer.

domingo, 31 de agosto de 2008

Perfume visual


Maipú 333, San Miguel de Tucumán. Escondido entre la gruesa pilastra de un viejo edificio y la vidriera de un local comercial se encuentra este grafiti redentor. Si uno camina por esa cuadra cualquier día, a la mañana o a la tarde, entre el apuro de la gente, las veredas angostas, los bocinazos de los autos y los gritos de los vendedores ambulantes descubrir esa inscripción es ciertamente un bálsamo. Debería haber más epígrafes urbanos del tipo. La ciudad sería menos agresiva.

martes, 26 de agosto de 2008

Tocar Sólo le pido a Dios con cara de orto

Este domingo se publicó en Crítica de la Argentina una entrevista a León Gieco. La recomiendo porque es reveladora y muy entretenida. Aquí, un fragmento que me impactó.

- ...todo el mundo cree que sos un tipo con gran esperanza en la humanidad, que piensa que el ser humano va a cambiar. Y en realidad sos bastante pesimista.

–¡Soy repesimista! Yo no creo que vaya a cambiar, y creo que va todo para atrás. A nivel país, éste es un país estilo “tómalo o déjalo”, porque no tiene solución. El crisol de razas no dio resultado, evidentemente. Pero sí sé que hay que ser una persona buena, no cagar a nadie, ser fiel y solidario, porque la solidaridad no solamente ayuda a las personas sino que te ayuda a vos. Eso no significa que piense que la cosa vaya a cambiar, ni tampoco soy tan iluso de pensar que mi solidaridad o mi canción vaya a solucionar un problema. ¡No soy un pelotudo! Otra cosa es creerse el personaje de que “gracias a mí” se logran cosas. Yo toco Sólo le pido a Dios con cara de orto porque me doy cuenta de que no soluciono nada con las canciones. Son temas que uno compone porque siente esa fibra y es sincera. Pero después ves a Mick Jagger en la película de Scorsese, todo arrugado, cara como un pergamino, bailando Satisfaction y decís: “¡Claro, este tipo es feliz, si nunca se metió en nada!”. Con esa película vi qué convencimiento tienen los chabones todavía de cantar Satisfaction, como si fuese un tema que compuso ayer. Yo, cada vez que tengo que cantar Sólo le pido a Dios sufro como un hijo de puta y digo: “¡Ojalá no la cante más!”. Fui a verla tres veces al cine y me dio una inyección de vida.


Entrevista completa

jueves, 21 de agosto de 2008

La estatua móvil

Me gustó este artículo de opinión que se publicó ayer en Crítica de la Argentina, mi diario del momento. La escribió Alberto Rojo, físico y músico tucumano que actualmente es columnista del periódico de Jorge Lanata, el más nuevo de los de tirada nacional. El escrito me hizo acordar a mi colega y amigo Roberto Espinosa, que siempre recuerda que durante los años de plomo las manifestaciones culturales quedaron en el ostracismo, porque los militares no entendían el arte; no concebían expresiones o espectáculos que no fueran los desfiles oficiales o las marchas castrenses. La obtusidad era absurda, caricaturesca, cómica, como la curiosa anécdota que relata Rojo, aunque referida a un contexto espeluznante, oscuro.

Noviembre de 1976. El general Antonio Domingo Bussi entra al edificio de Tribunales, en Tucumán. Mira hacia la arboleda de lapachos en la plaza de enfrente. “¿Cómo andan las cosas por aquí?”, pregunta con una voz que imagino autoritaria y condescendiente, cuyos ecos persisten, como rémoras de un naufragio, en el tono de su llanto en el juicio que le están librando estos días. “Y cómo quiere que estén, general, si hasta Yrigoyen nos da la espalda”, contesta alguien cuya identidad nunca supe.
La plaza Yrigoyen está en el barrio sur de Tucumán, a pocas cuadras de la casa en la que crecí. En el punto de cruce de sus diagonales hay una estatua del Peludo, obra de Ernestina Azlor, con un pedestal asimétrico, que mira hacia el centro de Tucumán, dando, en efecto, la espalda a Tribunales.
Nunca supe si el diálogo, que circuló en esos días por Tucumán como tantas anécdotas bussianas, realmente existió. Lo que sí puedo atestiguar es que en diciembre de 1976 la estatua amaneció dada vuelta. La vi muchas veces, desde muchos ángulos, en las tardes que pasábamos con mi novia de adolescencia sentados en los bancos de la plaza y además desde un kiosco (que sigue existiendo) en el extremo opuesto a Tribunales, donde se vendían los que para mí son los mejores sánguches de milanesa del mundo.
Por varios meses, no puedo precisar exactamente cuántos, Yrigoyen miró hacia Tribunales, quizá supervisando las actividades de una Justicia de caricatura, a su izquierda lo que antes estaba a su derecha, dándole la espalda a su propio nombre (curiosamente está escrito Irigoyen), y quizá preocupado por no caerse del pedestal. Siempre cuento la anécdota a extranjeros cuando sale el tema del gobierno militar y de lo grotesco de sus métodos. De esos tiempos de terror hay otras anécdotas por cierto muy documentadas. Los menhires (piedras milenarias de las culturas aborígenes) de Tafí del Valle, agrupados para formar un parque turístico. Los veinte o treinta mendigos (entre ellos Pachequito, el Loco Perón que rompía ladrillos con la cabeza, el Loco Vera) que en invierno de ese año fueron empujados a un camión militar y depositados en medio del campo catamarqueño, para que no entorpezcan, se decía entonces, la visual de la ciudad ante una visita de Videla. Varios murieron de frío y hambre. Pero de Yrigoyen dado vuelta no encontré registros gráficos. Busqué la foto varias veces en muestras testimoniales del diario La Gaceta, una de ellas en el mismo aeropuerto de Tucumán. Consulté con los archivos del diario; increíblemente, me dicen que la foto no existe. Yo mismo pensé, recuerdo, en sacarle una foto, pero en ese entonces no se podía sacar fotos en lugares públicos. Una amiga periodista, ante mi consulta, fue a la plaza y consultó con el placero, quien no recordaba el giro de la estatua, que para mí representa una metáfora de metáforas. De los giros ridículos de la historia.

martes, 5 de agosto de 2008

Chascarrillos urbanos

Anoche, en la tradicional sandwichería Don Pepe, de Barrio Sur:

Cajero: ¿Qué van a querer?
Joven médica (o enfermera), acompañada de otro muchacho (estimo de unos 30 años ambos): Queremos milanesas.
Cajero: ¿Cuántas? ¿Dos?
Joven médica: Mmm... No sé, pero me parece que tres o cuatro, porque tenemos más hambre que el Chavo.

La conversación me hizo acordar a mi amigo Diego Jemio. El suele recordar que un conocido suyo acostumbra a decir: “tiene más hambre que mucama ’i hippie”.

Me hacen cagar de risa esas comparaciones. O como dos referidas a hacerse el boludo:
- Se hace el boludo como perro que ha volteao la olla.
- Se hace el boludo como payaso que se ha golpeao en serio.

lunes, 28 de julio de 2008

La base está

Les acerco un concepto esperanzador sobre el periodismo que escribió Ernesto Schoo y que se publicó ayer en La Gaceta Literaria.

Consejos para los jóvenes periodistas

Cuando se acaba de cumplir ochenta años y se llevan a cuestas cincuenta y cinco de profesión, es inevitable que nos pidan consejos para los jóvenes novicios. Una salvedad previa: los cambios tecnológicos -la computación, la informática, el correo electrónico- están conduciendo a cambios de comunicación y percepción tan radicales, tanto desde el punto de vista del emisor como del receptor, que acaso mis palabras resulten obsoletas. Creo, sin embargo, que algunas cosas no cambian: yo aconsejaría no perder nunca y cultivar siempre, enfáticamente, la curiosidad y el entusiasmo. Y, al margen de aquellas noticias que exigen una seca precisión en los datos, abordar siempre el texto como si se estuviera contando un cuento. Que es lo que el lector quiere, lo que todos queremos: que nos cuenten un cuento para entender el mundo y entendernos a nosotros mismos, y para saber que no estamos del todo solos y desamparados en el espacio cuyo silencio eterno espantaba a Pascal: que alguien nos acompaña y nos cuenta una historia antes de dormir.

martes, 22 de julio de 2008

Crónica de una cobertura excitante

El día siguiente de la sesión del Senado que concluyó con el desempate del vicepresidente, Julio Cobos, se publicó en La Gaceta.com una crónica que me habían encargado acerca de cómo siguieron los periodistas de todo el país la maratónica jornada desde los salones Azul y de las Provincias. Aquí va.

Hace unas horas, cuando todavía era de noche, el Congreso fue lo más parecido a una Marmicoc. Los taxistas no llevaban a nadie hasta la zona. Allí, en la plaza, cientos de manifestantes oficialistas, con fuegos artificiales, pancartas y banderas, observaron la sesión por medio de pantallas gigantes y pasaron de la algarabía a la confusión, a la desolación y a la rabia, secuencia que a la inversa se vivió a cinco kilómetros de distancia en Palermo, donde ruralistas y opositores observaron el debate.
Las 18 horas y 50 minutos de discusión fueron seguidas por periodistas, por funcionarios y por personal del Senado en medio de una maraña de rumores y de idas y venidas. En el majestuoso palacio parlamentario muy pocas personas podían pasar al recinto y a los palcos. Inclusive, buena parte del personal de la Cámara Alta también tenía limitados los accesos. “Menem se va a la mierda. Dicen que está con mucha fiebre y no va a estar para la votación. Cagó la oposición”, vociferó un acreditado del Congreso a las 9 de la noche. Más tarde, finalmente, habló Carlos Saúl. A punto de comenzar su discurso, la aparición del dos veces ex presidente en las pantallas gigantes ubicadas en los salones Azul y De las Provincias provocó un ¡uuuuuuuhhhhhhhhh! de asombro generalizado, y algunas risas socarronas como las del cronista de CQC, Clemente Cancella. Después, durante toda la alocución, el silencio fue sepulcral.
“Aparecio Rached!”. Del recinto llegaban las noticias por SMS a los celulares. “llgó Sadi” (sic). Con ellos, el oficialismo sumaba 37 votos, y le ganaba a los 34 votos opositores, descontando la ausencia de Menem.
En el medio, llegaban de visita algunos funcionarios, como la diputada kirchnerista Diana Conti que, distendida y convencida de la victoria, fumaba un cigarrillo blanco y finito e intercambiaba bromas con sus asesores mientras concedía entrevistas. Afuera, sonaban bombas de estruendo y una multitud gritaba y cantaba en apoyo al Ejecutivo nacional.
Cerca de la medianoche la televisión tiró la bomba de que la votación estaría empatada en 36. “¿Qué pasó ahora?”, preguntó un movilero desesperado y hastiado a sus colegas, justo después de haber salido al aire diciendo que el oficialismo ganaba con 37 votos. “Rached se dio vuelta. Lo llamó Alfonsín. Y Menem ya sabemos que se queda. Están en parda”, le respondieron, en lenguaje truquero.
Revuelo. Quedaba todavía casi una decena de oradores. El calor iba en ascenso en la Plaza de los dos Congresos. Adentro, también. Hablaron la ultraopositora Chiche Duhalde y el ultrakirchnerista Nicolás Fernádez. Los cronistas tomaban nota y un enviado infiltrado de Guillermo Moreno exclamaba frente a las pantallas gigantes: “senadores, respeten la democracia”. Un muchacho vestido con un ambo negro repartía entre los periodistas una publicación oficialista: “Revista Ka”.
Las ojeras eran cada vez más grandes. Los techos eran altos, pero el humo del cigarrillo igualmente logró imponerse en el ambiente. Habló Sanz. Habla Pichetto. La definición está al caer.
Otro ¡uuuuuuuhhhhhhhhh! generalizado y risas, cuando apareció el 36 a 36 en la pizarra electrónica. Afuera el bullicio era ensordecedor y las banderas y las pancartas estaban cada vez más altas. “Por nuestros hijos, por nuestra patria, ni un paso atrás”, decía una que pertenecía a Madres de Plaza de Mayo.
Cobos tomó el micrófono. Lo acomodó 100.000 veces. Lo constriñó, lo dobló, lo movió. Era su más próxima e inmediata descarga. “No me gustaría ser el micrófono del vicepresidente en estos momentos”, decía una movilera, entre nerviosas risas. Muchos temblaban. Otros se comían las uñas o se revolvían el pelo o no paraban de fumar. “Mi voto no es positivo”. Final de la sesión. Todos, afuera. Militantes K intentaban derribar las vallas. Se rearma el cordón policial. Los senadores y Cobos se retiraban por la puerta de atrás. Caían piedras. Todos, adentro, de vuelta. Se rompieron algunos vidrios del edificio del Senado. Después, las banderas y las pancartas desaparecieron. La multitud se desconcentró. La calma volvió al lugar. Pero la tensión continúa.

lunes, 21 de julio de 2008

El que esté libre de pecados…

El silencio proverbial del inicio de un viaje largo y nocturno en colectivo hasta Buenos Aires se interrumpió ni bien pasaron diez minutos desde la partida de la terminal de ómnibus de Tucumán. ¡Pum! ¡Crrrrrrasshhh! Murmuros. Un pasajero que estaba sentado en un asiento del medio del colectivo se levanta ileso pero aturdido, absorto. Desde la banquina alguien había arrojado un cascote de ripio, que impactó y destruyó una de las ventanas del vehículo.
Los azafatos no habían tenido tiempo de pedirnos a los clientes que cubriéramos las ventanas con las cortinas para evitar este tipo de siniestros. Siempre lo hacen. En cada viaje. Pero esta vez ocurrió de antemano. A mí es la primera vez que me pasaba.
Después del incidente, el colectivo nunca se detuvo hasta que llegamos a la base logística de la empresa de viajes. Allí unos operarios terminaron de destruir en pedazos lo que quedaba del ventanal, dejando perfectamente libre el rectángulo para empotrar otro vidrio. La enmienda demoró unos 35 minutos.
Me decía Santiago, mi colega con quien viajé por una cobertura para La Gaceta, que probablemente se trató de asaltantes en un intento de robo. No sé. Tal vez el propósito haya sido sencillamente el de hacer daño. Lo cierto es que no sólo fue un gran susto tener que esperar, sino un padecimiento.

Igualmente, el mayor garrón fue lo que tuvimos que ver en la tele: “El increíble cuerpo humano”, un documental de la National Geographic. Realmente hubiera preferido un policial yanqui de los 80, barato y predecible. Me calcé los auriculares y me dispuse a escuchar música española para pasar el mal trago. Contamíname, pero no con el humo que asfixia el aire. Ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes…

sábado, 12 de julio de 2008

Reflexión de Josep Pla sobre el orden

En “El cuaderno gris” figura otra definición del escritor catalán Josep Pla que me ha resultado particularmente acertada. Se la leí hace unos días a mi amiga Maby Sosa para justificar el pintoresco orden de su departamento, en el que estoy alojándome durante estos días hasta que me entreguen el mío. En la casa, la presencia de mi madre es visible por todas partes. Sospecho que si pudiera ordenaría hasta los sentimientos (...) El orden tiene esto de malo: paraliza, admira, invita a no tocar nada. Invita a dejarlo todo para mañana. Dejar una cosa para mañana es dejarla para siempre.

miércoles, 9 de julio de 2008

Diálogo por celular

Un hombre camina por la vereda de Bonafide, en San Martín al 600, mientras habla por celular, aparentemente, con su mujer:

- No, mi amor, voy a llegar a la casa enseguidita nomás. Hoy quiero verlo a Tinelli ya bañadito, limpito... tranquilo. Y no quiero que nadie me hinche las pelotas.

viernes, 4 de julio de 2008

Publicidad exagerada


¿Por qué el mega evento del siglo? ¿Una exposición jurásica y otra de animales constituyen el gran acontecimiento del siglo? ¿De cuál siglo? ¿No bastan los ejemplares que hay en el Lillo? ¿Dinosaurios reales? ¿No se habían extinguido hace miles de años ya? ¿Por qué ese afán por la pedantería en las publicidades? ¿Por qué no aprovechan semejante afiche para atraer al público de otra forma? Ya fui al Lillo y a varios zoológicos y vi las Jurasic Park, y no sé. Difícilmente otra muestra me resulte más atractiva que lo que ya vi. Encima, la entrada cuesta 10 pesos.

martes, 1 de julio de 2008

Reprimendas de madres a hijos en España

* Viaje en colectivo desde la ciudad hasta las sierras madrileñas:
Niña (de unos seis años): Anda, dámelo un segundo.
Madre: ¡No, porque tú pierdes todo lo que te dan!
Niña: Si te lo pierdo, te compro uno nuevo con mi paga.
Madre: No, he dicho. Y estate quietecilla, ¿eh?

* Niño de unos tres corriendo en la vereda de la avenida principal de Granada:
Madre: ¡Enrique, Enrique, ven aquí!
(El niño siguió corriendo sin hacer caso)
Madre: ¡Parece que este niño no tiene pai ni mai!

* A la salida del zoológico de Casa de Campo, en Madrid:
Niño (con cara de conpungido): Perdona...
Madre: Perdona, perdona... ¡Carlos Perdona te voy a empezar a llamar, porque es lo único que te oigo decir todo el tiempo!

martes, 24 de junio de 2008

La universalidad de Piazzolla y los íconos argentinos


Sorprendido, detuve unos instantes mi caminata por las ruinas romanas para escuchar el bandoneón que tocaba un músico callejero. El artista interpretaba Libertango, de Astor Piazzolla. Melodía bella, nostálgica, apasionada, neurótica, como el propio Piazzolla definió alguna vez a su música. Mi bandoneón es como tener una mujer en los brazos. Lo acaricio, le pego. La excitación rítmica me lleva a eso. Un músico no es un empleado solemne, sentenció una vez, durante una entrevista que le hacía el recientemente fallecido Bernardo Neustadt. Escuchar Libertango tan lejos de casa me puso la piel de gallina. El escenario no guardaba ninguna relación con la canción, pero igualmente me estremecí. Y pensé, además, en el alcance internacional que logró uno de los más famosos compositores argentinos de tango. Piazzolla, junto a Mafalda (en Holanda vi a la venta la colección completa de las tiras de Quino, y muñequitos de ella y de los principales personajes), al Diego y a Mercedes Sosa (en La Alhambra, Granada, una mujer con la que intercambié un breve diálogo se animó a entonar un par de estrofas de Canción con todos) son definitivamente los principales íconos argentinos en el mundo. A ellos se les suman algunos contemporáneos, tales como Lionel Messi, aunque su trascendencia aún es un misterio.

martes, 17 de junio de 2008

El pedaleo masivo


Una de las cosas que me llaman la atención en Europa es que en varias ciudades el uso de la bici es multitudinario. Es ecológico, económico y práctico. Por ejemplo, en Berlín, donde estuve este fin de semana, y en Barcelona, donde el ayuntamiento puso en marcha un sistema que se llama bicing. Se trata de bicicletas públicas que pueden ser utilizadas por cualquiera. Se debe pasar una tarjeta (no es cara; son 24 euros al año) por el detector que está ubicado en las estructuras de hierro en las que se estacionan las bicis; se toma la bici indicada y se la puede devolver en cualquiera de los cientos de estacionamientos distribuidos por toda la ciudad. ¿Funcionaría un sistema así en San Miguel de Tucumán? Pregunto no sólo por los afanos (en Barcelona también se las roban) si no también por las características de la ciudad. Yo creo que no. O que, por lo menos, sería muy complicado.

sábado, 7 de junio de 2008

Definición de lactancia, según Josep Pla

Estoy leyendo "El cuaderno gris", la obra insigne del más célebre escritor catalán de todos los tiempos, Josep Pla. Allí encontré un concepto sobre la primera infancia, la de los primeros meses, que me pareció maravilloso. Aquí va: sospecho que la época de los pañales es la más feliz de la existencia terrenal. ¡Qué tiempo de maravilla! Esos sueños tan largos, esos almohadones tan blandos, esas deliciosas madrugadas y esos líquidos suculentos y delicados ¡no se deberían sorber de pasada! ¡Vivir en un mundo en que, esencialmente, sólo se tiene hambre y ver que todo el mundo se esfuerza por saciárosla, tiene que ser un deslumbramiento contínuo, una fascionación beatífica! ¿Os lo imagináis? Es muy cierto lo que digo, que el abrigo de la infancia crea, con los años, por contraste, la sensación de intemperie y de inseguridad. La vida se convierte en una nostalgia de la dulzura perdida, de la felicidad robada. Pero, de aquella época de placeres tranquilos y de bienestar vegetal, me ha sido siempre imposible retener cualquier recuerdo preciso y concreto... Eso debe aumentar probablemente el encanto de la época de lactancia como paraíso perdido -como paraíso terrenal-.

lunes, 2 de junio de 2008

Del jacuzzi y el autobombo


La semana pasada estuve en Madrid; en el Santiago Bernabéu. El estadio parece dibujado en correspondencia con la envergadura del club: el Real Madrid. Las gradas, que soportan la visita de hasta 85.000 personas, están pintadas de azul y blanco; el césped está muy bien conservado y el interior es impecable y moderno: hay una exposición de trofeos; una sala de prensa para casi un centenar de periodistas; una tienda (obviamente) con todo el merchandising merengue a la venta, y, justo para esta época, un homenaje temporario y exclusivo a la "saeta rubia", Alfredo Di Stéfano, una deidad de los madridistas. El recorrido está bien pensado; es agradable. Hasta te permiten sentarte en los bancos de suplentes. Completito. Pero me parece que se les escapó la tortuga (Diego Armando Maradona, Buenos Aires, 1997) con que los vestuarios tengan jacuzzi. ¡Sí! ¡Jacuzzi! En el local y en el visitante. También, que durante el recorrido uno se tope cada dos por tres con carteles en los que se lee: "El mejor club de la historia". ¿Quién le dio tal título? ¿O qué les hará pensar, con tan fuerte convicción, que es el Real Madrid y no otro? ¿Sólo la cantidad de copas ganadas le dan automáticamente a un equipo la corona del mejor de la historia?

Nada de BigMac, ni de Cajita Feliz, ni las pelotas

Amigos, una de las más gratas situaciones que viví durante este periplo por el Viejo Continente ocurrió en Sevilla, donde comí "montaítos". Estos son como sanguchitos en pan francés -o mignoncitos, tal vez- con salmón, con jamón, con papas, realmente muy ricos. Además, me atendieron rápido; la ración de seis montaítos me dejó más que satisfecho y pagué sólo siete euros, con bebida incluida. Digo sólo siete euros porque comer afuera sale más bien carito en Europa. La cadena de restaurantes es muy conocida en España: hay 115 locales. Se llama "Cervecería 100 Montaditos".

lunes, 19 de mayo de 2008

Reflexión sobre el conflicto con el campo

Alperovich lo explicó sin tapujos: la Nación necesita sacarle plata al campo para pagar la deuda externa. Hay U$S 9.000 millones de vencimientos este año; a U$S 4.000 millones los sacará refinanciando la deuda con la Anses y con las AFJP. ¿Cómo paga los otros U$S 5.000 millones, si no hay crédito? Con el superávit, que es lo que ingresa menos lo que se gasta; y parte de ese superávit está dado por la retención a la soja. Así de clarito había expuesto el gobernador el 26 de marzo, en pleno paro agropecuario, un día después de que los sojeros tucumanos lo criticaron por haberse puesto del lado de la administración central y de espaldas al sector productivo. Siete semanas han pasado desde aquellas declaraciones sin que Cristina de Kirchner ni sus funcionarios hayan detallado las verdaderas razones de la última suba de las retenciones (en el caso de la soja alcanzan el 44,1%) y del esquema de movilidad, que establece que este impuesto subirá o bajará de acuerdo con la variación de los precios internacionales de cada cereal.

Que sirven para distribuir la riqueza. Primera mentira. El país crece gracias a la demanda internacional de commodities que la Argentina produce y al tipo de cambio que permite un extraordinario ingreso de capitales por todas las vías. Pero la matriz distributiva sigue siendo la misma que la de los 90: el derrame. Y, en este sentido, está claro que las retenciones propician una mayor concentración de la riqueza en pocos actores. Más genuino sería expropiar tierras y distribuirlas entre los que menos tienen; y dejar de subsidiar a las grandes corporaciones alimenticias con el dinero de los pequeños productores. ¿Por qué no al revés: aplicarles retenciones a estas y subsidiar a los agricultores para que produzcan más?

Que son necesarias para frenar la inflación. Segunda mentira. Las retenciones se aplican desde 2002, cuando se salió del 1 a 1, y el Estado nacional requería urgentemente fondos para sanear las finanzas públicas, en medio de la peor crisis económica que haya sufrido el país. Desde entonces, la economía ha crecido más del 45% y los precios alconsumidor han aumentado más del 150% (siempre según el Indec). La gente siente que cada vez le alcanza menos la plata.

El primer problema en este conflicto nacional -y en muchos otros más, sin dudas-, es que este Gobierno no transparenta sus propósitos y traslada asuntos públicos de cualquier índole al plano político. Resulta incomprensible que la Presidenta (¿o Néstor Kirchner?) haya llevado al extremo la pelea con el campo, inclusive a costas de una pronta e inesperada caída de su consideración en la sociedad (ganó la Presidencia con el 44% de los votos y hoy, faltándole tres años de mandato, su imagen positiva alcanza con suerte el 30%), cuando podía haberlo solucionado mucho antes. Bastaba con explicarles a las entidades ruralistas la necesidad de caja y ofrecerles una propuesta para bajar la alícuota de las retenciones, o bien, modificar el esquema de movilidad. Esa es la madre del borrego, aunque también -hay que decirlo- fue la gota que rebasó el vaso en medio de una ausencia total de política agropecuaria. En verdad, la única política agropecuaria de este Gobierno y de su falso modelo productivo consiste en sacarle dinero al campo para sostener el superávit. Y los que más pierden son los pequeños productores. Para los grandes son apenas rasguños. A esta altura, no se entiende cómo sigue en funciones el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza.

Mientras la administración central busca enceguecidamente más dinero, crece la deuda externa y aumenta el gasto público improductivo; y no sería descabellado pensar que también se incrementa la pobreza, si se tiene en cuenta la suba del valor de la canasta básica. Además, el país pierde terreno en la carrera internacional de los países emergentes por propiciar la radicación de inversiones de peso que, en definitiva, constituyen, al menos en el caso argentino, la solución ideal para la suba del costo de vida y para la crisis energética (otro grave problema). En efecto, según un informe de la Comisión Económica para América Latina yel Caribe (Cepal), la inversión extranjera directa alcanzó el año pasado un récord de 106.000 millones de dólares en América Latina y el Caribe, pero la Argentina no figuró entre los más elegidos, con 5.720 millones de dólares. Durante 2007, los países preferidos por los inversores fueron Brasil (con 34.585 millones de dólares), seguido por México (23.230 millones), Chile(14.457 millones) y Colombia (9.028 millones).

El Gobierno nacional siempre tuvo la llave para solucionar el conflicto con el campo. Pero optó por dilatarlo absurdamente, mientras la economía entró en una desmejora, producto, en buena parte, de la incertidumbre que se extendió durante estos días. Eso sí: apura el proyecto de construcción del tren bala, que seguramente ubicará al país en la cresta internacional de la modernidad.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Sabor a nada

Anoche fui a cenar a Setimio, un wine bar ubicado frente a la plaza Urquiza de esta ciudad. Los martes son días especiales: hay sushi. La única que vez que degusté esos bocaditos orientales de pescado crudo, de arroz y de otras yerbas fue el año pasado, cuando mi amiga Martina Delacroix gentilmente había planificado un selecto convite en ocasión del estreno de un departamento que acababa de alquilar. Ahora tenía ganas de comparar los que había cocinado Martina con los del chef de Setimio, uno de los poquísimos comercios en Tucumán donde se puede comer sushi. El lunes había ido a hacer las reservas, porque el lugar es chico y necesitan saber cuántos son para poder estimar la cantidad de comida a preparar, según me comentaron. Hecha la reserva, llegué a la vinoteca ayer cerca de las 23, después de una jornada laboral agitada. Subí por las escaleras. Había pedido una mesa en el primer piso. La cristalería de los vasos y de las botellas se combinaba armoniosamente con la madera de los muebles y de algunos elegantes cachivaches relacionados con la vinería y con la gastronomía en general. Buen gusto. Buena música. No era el chill out barato que está en boga en los lugares top. No sé qué era, pero agradaba. Se dejaba escuchar. El salón no estaba lleno. Eso también era bueno. Los otros tres comensales (mi hermana, su novio y mi compañera) me esperaban sentados. Después de una breve charla introductoria, nos pusimos a hojear la carta. Decidimos qué pedir. Llamé al mozo:

- ¿Qué tal? Queremos dos porciones de sushi surtid…
- No, no hay sushi.
- ¿Cómo que no hay sushi?
- Es que se acabó.
- ¿Cómo que se acabó? Yo hice las reservas ayer para cuatro person...
- Sí, pero usted reservó la mesa, no el sushi.

Respuesta inverosímil. Inadmisible. Pero respetuosa, eso sí.
23.30. Era tarde. No convenía salir a buscar otro restaurante. Volvimos a revisar la carta. Esta vez, el mismo mozo nos acercó atentamente, hay que decirlo, unos bocaditos que habían quedado. “Para que no se queden con las ganas”, nos dijo. ¡Pero no era sushi! ¡Era comida china! Y para nada buena, por cierto. Eran como empanaditas con apenas un golpe de horno, como crudas, rellenas de atún. Gusto a nada.
Pedimos pasta. Veintidós pesos un platito de sorrentinos de morondanga, con gusto a… ¡nada! Lo único rico de la noche fue el Latitud 33 Cabernet Sauvignon, al que por suerte lo hacen en Bodegas Chandón, y no en Setimio.
Cuando terminamos de cenar, habiendo tratado de pasarla bien a pesar de la saga de chascos, se acercó el chef del sushi, el que cocina todos los martes, y nos ofreció sus más sinceras disculpas. “Ojalá vuelvan pronto para que puedan ser compensados”, nos dijo, con un acento educado y con una sonrisa amable, pacífica. Después, se fue a saludar en otras mesas.
Demasiado glamour.

De nuevo estoy de vuelta

Después de larga ausencia (caló hondo el título de la entrada anterior), El Corcho se reencuentra hoy con sus lectores. Amigos, ha sido un mes de mucho trabajo y, tal vez, de demasiadas distracciones. No voy a decirles que estoy con todas las pilas, pero al menos voy a tratar de postear con una mayor constancia. Un abrazo fraterno.

martes, 8 de abril de 2008

El tiempo no importa

A La Calesita no le pasan los años. La cartelería de la egregia peluquería para chicos da cuenta de ello (¡El austral dejó de circular hace 17 años!). También, los fígaros, que visten la misma chaqueta marrón y siguen haciendo las veces de maestros tijereteros, caminando en semicírculo una y otra vez alrededor de esos pequeños tronitos en altura. También, los clientes, que siguen yendo pese al paso de las generaciones (¿cuántas serán ya?). Y también, indudablemente, ese pintoresco tiovivo que gira todo el tiempo con los mismos dibujitos de Disney (me parecía inmenso cuando era chico). En tiempos en los que el minimalismo y la modernidad urbana parecen quitarle valor a lo tradicional, a lo histórico, La Calesita guiña un ojo desde la esquina de Junín y Santiago del Estero, en San Miguel de Tucumán. Ojalá lo siga haciendo.

domingo, 30 de marzo de 2008

Oferta, demanda o astucia


No sé si el objetivo era prometer una atención simpática de parte de los mozos; invitar a los clientes a pasarla bien o, simplemente, disimular socarronamente la falta de menú. De cualquier forma, colgar este cartel fue una buena idea de los administradores de “La San Juan”, un bar del centro tucumano. “Al fin y al cabo, si querés morfar bien, andate a un restorán; pero aquí tenemos la mejor”, deben haber pensado.

¡Puaj!


Qué cosa fiera que es la Paso de los Toros. Me refiero a la tónica. Cuando era chico hubo una época en la que todos los domingos, después de almorzar, íbamos con mi familia al parque 9 de Julio. Mientras mis viejos y mis abuelos se instalaban en alguna mesa de La Rural, mi hermana y yo nos subíamos a las hamacas o a una vuelta al mundo que había en ese bar, a la que la hacía girar un tipo de chaqueta celeste. Después de hinchar las bolas en los jueguitos mecánicos, corríamos a la mesa cagados de sed, ¿y qué había siempre para tomar? ¡Paso de los Toros tónica! Anoche, mi amiga Maby Sosa se pidió una. No sé cómo hay gente a la que le puede gustar esa odiosa bebida.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Humo

A veces regresaba a casa de madrugada, después de dejar a los amigos, y a pesar de que seguramente había sobrecargado ya mis pulmones con un paquete completo, todavía me concedía un último cigarrillo antes de abrir la cama: un cigarrillo final, un cigarrillo que sirviera de epílogo en la intimidad de mi habitación, la misma en la que había iniciado el día y donde, como respetando una liturgia severa, iba a concluirlo. Sentado en la mesa en que escribía poemas, o tumbado sobre la colcha, yo aproximaba el encendedor a ese cilindro último de papel, y a continuación veía elevarse una columna de humo pálido, del mismo color de los fantasmas de las novelas, mientras una vieja tibieza que era como un murmullo y un hogar me recubría el paladar, despacio. Durante los minutos que duraba ese cigarrillo mágico, contemplaba el tránsito del humo hacia el techo, el modo en que se rizaba componiendo ondas y festones, cómo se expandía luego por todo el cuarto disolviéndose en el aire que me servía para respirar. Ese proceso por el que el humo abandona el tabaco quemado y se convierte en un halo, leí después en algún libro, es el mismo que ayuda a formar las nubes, las masas abotargadas y blancas que navegan en las alturas: se llama flujo laminar. Ahora me doy cuenta de que no resulta gratuito que el humo del cigarro y las nubes compartan origen, de que ambos pertenezcan a la misma familia: porque tanto uno como otras son hipnóticos, sirven para consolar y domesticar el tiempo, y nos ensimisman y nos hacen perdernos y volar hacia otros cielos. Muchas veces me he sorprendido observando las nubes como un bobo, preguntándome a dónde conducen, deseando acompañarlas en su vuelo a través de la atmósfera hacia el rincón opuesto de las cosas; igual que miraba el humo de un cigarrillo y deseaba ser de seda y viento para filtrarme en habitaciones prohibidas y el pecho de las muchachas sin ser advertido, sin cerraduras.

Leo en el periódico que los gobiernos de las autonomías, incluida Andalucía, se han reunido en Santiago de Compostela para estrechar aún más el cerco que se ha trazado alrededor del tabaco y llegar incluso, dicen, a ilegalizar su cultivo y su venta. No sé, yo siempre sospeché que la mera salud de un prójimo que por demás nunca ha merecido excesivos desvelos por parte de los políticos no disculpa este paroxismo de persecución y acoso: hay quien llega a identificar el tabaco con la heroína y a quien fuma en un sitio público con Jack el Destripador, lo que seguramente consuela a todos los destripadores del mundo. Yo creo que el tabaco es antipático porque en este presente nuestro de computadoras, metrosexualidad y primeros puestos la pereza es antipática, la derrota es obscena y el enfermo un apestado. Fumar, fumar en serio, detenerse a paladear el sabor de la combustión, contemplar cómo el humo dibuja ofidios y lombrices en el aire, callar y fumar sin inmiscuirse en las decisiones ni los actos de nadie, equivale a reivindicar la segunda fila, la neutralidad, el aparte, la desidia: figuras todas que la moral odia, en estos días en que hay que declararse blanco o negro, participar en manifestaciones ruidosas y condenar enérgicamente al enemigo del día. Cuesta creer en la maldad del humo: después de todo, junto al polvo y la ceniza, es el futuro que nos espera a todos.


(Humo, Luis Manuel Ruiz, El País, 23 de diciembre de 2004. A mi amigo Diego Jemio, que me lo pasó por mail, le supo dar bronca lo bien escrito que está)

lunes, 17 de marzo de 2008

La semana de las fotos

Vi el catálogo y la verdad es que las fotos están muy buenas. Algunas son geniales. A las 19, en el Centro Cultural Eugenio Flavio Virla (Tucumán), comenzará la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino, que organiza la Asociacion de Reporteros Graficos de la Republica Argentina (Argra), el grupo de fotoperiodistas Ojos Testigos y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Entre las actividades de la exposición (termina el jueves) figuran mesas paneles y proyecciones, como la del lunes 24, en blanco y negro, de fotos históricas tomadas entre el Cordobazo y el Juicio a las Juntas Militares. Prometo subir algunas instantáneas de la muestra a El Corcho.

sábado, 8 de marzo de 2008

La incansable lucha contra la trata de personas

La agencia Noticias Argentinas me encargó un informe sobre el caso Marita Verón y su correlato en "Vidas robadas", una telenovela que ya se emite por Telefé. Soledad Silveyra encarnará la historia de una madre consternada por la desaparición de su hija, similar a la de Susana Trimarco, que da su testimonio en esta nota. A Susana Trimarco le robaron la vida. Era una trabajadora de clase media que convivía con su marido en una modesta y cálida vivienda ubicada en las afueras de esta ciudad. Nada le faltaba, ni el dinero ni los afectos. Sin embargo, a las 9.30 de la mañana del 3 de abril de 2002 su hija, María de los Angeles Verón, con sólo 23 años, desapareció. Con el correr de los días y después de mucho tiempo, se supo que la joven había sido secuestrada por una banda que la vendió por 2.500 pesos a un prostíbulo de La Rioja con el fin de someterla a la prostitución. Hoy es una de las más de 400 mujeres desaparecidas en democracia, cautivas en las espurias redes de la noche. La búsqueda de su hija hizo que Susana emprendiera una odisea que después se convertiría en la causa de la nueva vida que construyó con esfuerzo: la lucha contra el tráfico de personas. Este flagelo es, precisamente, el eje temático de “Vidas Robadas” la nueva novela de Telefé, que se apoya en el caso de “Marita” y en los de muchas otras jóvenes y adolescentes. Para leerlo entero clickeá aquí.

domingo, 2 de marzo de 2008

Sin stock

El primer número de Crítica de la Argentina se vendió como pan caliente en San Miguel de Tucumán. Yo no lo conseguí. Ahora estoy descargando el PDF. No es lo mismo que sentarte a tomar un café con el diario de papel, pero algo es algo. Los kiosqueros de la plaza Independencia me dijeron que sólo se habían distribuido entre cinco y 10 ejemplares por cada revistería. Jorge Lanata puede sentirse satisfecho.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Un sitio que se las trae

Recién le eché un vistazo a www.cerraeloyo.tk, una novel web de contenido satírico. Los autores son dos jóvenes periodistas tucumanos: Exequiel Svetliza y Luis María Ruiz. La página tiene actualidad, acidez y buen manejo de la ironía. Hay, además, interesantes mecanismos de participación, como encuestas y concursos, cuyas consignas oscilan entre el sarcasmo y lo bizarro. La recomiendo.

lunes, 25 de febrero de 2008

Mala palabra

“Los seres humanos olemos, y nos dolemos. Tenemos problemas, pero también esperanzas. Voluntad, sentido de la justicia, capacidad para creer, para ilusionarnos. Por eso inventamos la política. Por eso ha funcionado durante tantos siglos. Como una herramienta para transformar la realidad, para luchar por los propios deseos, para intervenir en el mundo. Eso era la política, pero, al parecer, ya no lo es. Cuando la gente dice que todo es política, habla de otra cosa. Habla de la alarma y de la desmemoria, de las zancadillas y del ‘yo no he sido’, de la chulería y el mal arte de mentir con aplomo de unos, de la pasividad indolente de otros, y de nada más”. Este es un fragmento de una interesante reflexión titulada “Política”, escrita por Almudena Grande y publicada en El País.com. La columna es fruto de la ajetreada campaña electoral por la presidencia que se desarrolla en España, pero puede ajustarse, con algunas salvedades, a la coyuntura nacional y provincial.

jueves, 21 de febrero de 2008

Para João Gilberto y el Club del Estrago


Anoche, entre las nubes, un eclipse lunar presumió desde el cielo tucumano...

Eclipse de luna en el cielo, ausencia del luz en el mar,
muy solo con mi desconsuelo mirando la noche, me puse a llorar...
Pensaba que ya no me amabas con honda desesperación
y en algo que siempre eclipsaba la luz de tu amor...
Eclipse de luna en el cielo, ausencia del luz en el mar,
muy sólo con mi desconsuelo mirando la noche, me puse a llorar...
Eclipse de amor en tus labios, que ya no me quieren besar,
quisiera olvidar sus agravios y luego soñar...


(Dedicado a Diego Jemio, a Tobías Fernández, a Federico Abel y a María Belén Sosa, mis socios en el Club del Estrago).

miércoles, 20 de febrero de 2008

Del periodismo, la oposición y la democracia


“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar”. Hoy encontré un concepto sobre periodismo bastante parecido a esta famosa premisa -en el ámbito de la prensa- de Horacio Verbitsky, atribuida al director del diario El País, de España, Javier Moreno: “la prensa independiente siempre debe ser un poco opositora”. La Nación publicó una entrevista a Moreno (¡licenciado en Ciencias Químicas!), que sostiene que el periodismo y la democracia están hermanados y que el hecho de que los gobernantes asocien la prensa independiente (concepto, vale aclararlo, muy discutido) con el enemigo es una reacción casi genética de los políticos. Cualquier parecido con la realidad provincial y nacional es pura coincidencia.

lunes, 18 de febrero de 2008

Como hace 191 años

Mi amigo José Názaro cruzó, junto con un grupo de expedicionarios, la Cordillera de Los Andes por el mismo camino que José de San Martín, y aprovechó la ocasión para escribir una crónica (excelente, por cierto) de esa travesía. “El viento filoso se quería robar los sombreros. Formados uno al lado del otro, en posición de acometer una carga de caballería, todos picaron las mulas al mismo tiempo y exclamaron: “¡Viva la Patria!”. A pesar de que fueron más de 30 las gargantas que lanzaron el grito, la inmensidad de la Cordillera de los Andes se tragó el ímpetu de la exclamación”, dice el copete. Que la disfruten, y perdón por no haber posteado durante estos días (hubo mucho trabajo y estuve con la computadora en el service).

sábado, 26 de enero de 2008

Entrevista a un entrevistador


La Nación publicó una entrevista al célebre perfilista Jon Lee Anderson, en Cartagena de Indias (Colombia), que se titula "Quiero que la gente sienta lo que yo sentí". Aquí, una de sus respuestas: "el periodista está sometido al azar de los editores y al de la audiencia. El reto para mí es hacer relevante lo ajeno, en un mundo inundado de información. Si no lo hiciéramos así, sería como tratar de ponderar la infinidad y nos volveríamos locos. Una de las verdades terribles de las guerras es que, siendo el fenómeno más apremiante, cuando se prolongan, el interés del público mengua. Los hechos se vuelven ruido y dejan de leerse. Mi reto es existencial y humano, más allá del comportamiento de los medios. Soy periodista desde finales de los años 70 y viví 20 años de experiencias que no tuvieron su día bajo el sol. Mi vía crucis es que la gente sienta lo que yo he sentido. A veces la mejor forma es incluirte en el drama".

sábado, 19 de enero de 2008

La solución K

Al arsenal de contratiempos que sufre el país se lo soslaya con anuncios hinchados. Esa lógica funcionó a la perfección en el gobierno de Néstor Kirchner, y su esposa, Cristina Fernández, también parece hacer lo propio. Me tocó editar esta semana una columna del periodista de DyN Miguel Angel Rouco que se llama "Expreso imaginario", que tiene un copete devastador, pero excelente a la vez: La ola de calor deja sin luz a medio país. No hay agua en muchos barrios, a pesar de las promesas oficiales cuando se estatizaron los servicios. Los más pobres se bañan en aguas contaminadas. Los más ricos aprovechan los beneficios del modelo y relucen sus excesos en los balnearios top. Los aviones no despegan y los pasajeros duermen en los aeropuertos a la espera de una solución. Las muertes se cuentan por decenas en las obsoletas rutas argentinas. Los trenes chocan o quedan varados en medio de la Pampa Húmeda. La única respuesta del Gobierno es la construcción de un faraónico e irrelevante tren bala, de dudosa factibilidad financiera, cuanto menos. ¿No será mucho?

lunes, 14 de enero de 2008

Otra más sobre La Gioconda, y van...

Ahora dicen que era Lisa Gherardini, la mujer de un poderoso mercader de Florencia (Italia), que se llamaba Francesco del Giocondo. Pero otros dijeron que era la amante de Leonardo Da Vinci, su madre o el propio artista. ¡Pero todavía no se sabe quién era la Mona Lisa (si es que era alguien)! Según un artículo publicado en El País, un grupo de académicos alemanes de la Universidad de Heidelberg cree haber solucionado el enigma, de siglos de antigüedad, que hay detrás de la identidad de la Mona Lisa en el celebérrimo retrato de Leonardo da Vinci, que se encuentra expuesto en el museo del Louvre de París. Los expertos aseguran que unas notas apuntadas por el conocido del autor y trabajador del Ayuntamiento de Florencia Agostino Vespucci en los márgenes de un libro, en octubre del año 1503, confirman de una vez por todas que Lisa Gherardini del Giocondo es la modelo de uno de los retratos más populares del mundo.

martes, 8 de enero de 2008

La caricia


Me gustan las fotos. En este blog verán muchas. Recién vi que esta foto (sobre los niños de Etiopía afectados por la ceguera) ha sido la ganadora del XI Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, un certamen con el que, cada año, Médicos del Mundo conmemora la muerte de los cooperantes asesinados en Ruanda (1997) y Bosnia (1995). La información salió en la web Terra La fotografía ganadora de esta edición, titulada "La caricia", es obra del italiano Giovanni Marrozzini.

miércoles, 2 de enero de 2008

¿Hasta cuándo el 4AM?


La ley que fija el límite horario de las 4 de la madrugada para boliches y bares generó en Tucumán un circuito clandestino de entretenimiento que la Policía no puede controlar en su totalidad. Es una norma absurda por donde se la mire. La inseguridad y los excesos sociales deberían combatirse con políticas más inteligentes, y no con leyes que pretenden en vano modificar la cultura. Está demostrado que la gente no se va a dormir a las 4 de la mañana. A propósito, la foto de mi amigo Jorge Olmos Sgrosso (reportero gráfico de La Gaceta, de Tucumán), no puede ser más elocuente: ya a las 7 de la mañana, dos chicas se resisten a que los inspectores del IPLA les secuestren los equipos de sonido, en una fiesta que se hizo en Yerba Buena.