sábado, 15 de octubre de 2016

Perder la cabeza

¿Dónde está tu arrebato? Quiero verte flotar, cantar apasionadamente, bailar en éxtasis, que seas deliberadamente feliz o dispuesta a serlo. Sé que suena cursi, pero el amor es pasión, es obsesión, ¡es no vivir si ese alguien falta! Pierde la cabeza, enamórate locamente de alguien que te ame de igual manera. ¿Cómo encontrarlo? Olvida el intelecto y hazle caso a tu corazón.

(De Bill Parrish a su hija Susan, en la película ¿Conoces a Joe Black?)

sábado, 25 de junio de 2016

Apuntes de Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez

• Al despertar de un desmayo que duró más de tres días, Evita tuvo al fin la certeza de que iba a morir. Se le habían disipado ya las atroces punzadas en el vientre y el cuerpo estaba de nuevo limpio, a solas consigo mismo, en una beatitud sin tiempo ni lugar. Sólo la idea de la muerte no le dejaba de doler. Lo peor de la muerte no era que sucediera. Lo peor de la muerte era la blancura, el vacío, la soledad del otro lado: el cuerpo huyendo como un caballo al galope.
• A Evita se le decía «esa mujer», pero en privado le reservaban epítetos más crueles. Era «la yegua» o «la potranca», lo que en el lunfardo de la época significaba puta, copera, loca.
• Era una enorme mariposa suspendida en la eternidad de un cielo sin viento.
• La súbita entrada en escena de Eva Duarte arruinaba el pastel de la Argentina culta. Esa mina barata, esa copera bastarda, esa mierdica —como se la llamaba en los remates de hacienda— era el último pedo de la barbarie. Mientras pasaba, había que taparse la nariz.
• Todo relato es por definición infiel. La realidad no se puede contar ni repetir. Lo único que se puede hacer con la realidad es inventarla de nuevo.
• ¿Por qué Perón y Evita mentían? No necesitaban hacerlo. ¿Evita se añadió tres años para que el novio no la doblara en edad? ¿Perón se fingió soltero por pudor de ser viudo? ¿Evita imaginó que había nacido en Junín porque era hija ilegítima en Los Toldos? Esos detalles nimios ya no les inquietaban. Mintieron porque habían dejado de discernir entre mentira y verdad, y porque ambos, actores consumados, empezaban a representarse a sí mismos en otros papeles. Mintieron porque habían decidido que la realidad sería, desde entonces, lo que ellos quisieran. Actuaron como actúan los novelistas.
• ¿Por qué la historia tiene que ser un relato hecho por personas sensatas y no un desvarío de perdedores? Si la historia es —como parece— otro de los géneros literarios, ¿por qué privarla de la imaginación, el desatino, la indelicadeza, la exageración y la derrota, que son la materia prima sin la cual no se concibe la literatura?
• El arte del embalsamador se parece al del biógrafo: los dos tratan de inmovilizar una vida o un cuerpo en la pose con que debe recordarlos la eternidad.
• Buenos Aires es la única ciudad de la tierra con sólo tres puntos cardinales, el norte, el oeste, el sur. El este es el vacío: la nada, el agua.
• Tenía entonces veintiocho años. Para los códigos culturales de la época, actuaba como un macho. Despertaba y daba órdenes a los ministros del gabinete a las horas más imprudentes, disolvía huelgas, mandaba despedir a periodistas y actores por venganza o capricho y al día siguiente decidía que les devolvieran el trabajo, albergaba en los hogares de tránsito a miles de cabecitas negras que emigraban de las provincias, inauguraba fábricas, recorría en tren diez o quince pueblos por día improvisando discursos en los que mencionaba por sus nombres a los pobres, puteaba como un carrero, no dormía. Caminaba siempre un paso detrás del marido, pero él parecía la sombra, el revés de la medalla.
• Evita era infinitamente más fanática y apasionada que Perón, pero no menos conservadora.
• Los que conocieron su intimidad pensaban que era la mujer menos sexual de la tierra. Perón, entonces, ¿cómo hizo para calentarse? Imposible saber: Perón era un sol oscuro, un paisaje vacío, el páramo de los no sentimientos. Ella lo habría llenado con sus deseos. No sexo sino deseos. Eva nada tenía que ver con la hetaira desenfrenada de la que habla el enfático Martínez Estrada ni con la «puta de arrabal» a la que calumnió Borges.
• Evita era una figura tan familiar como la estatua de la Libertad, a la cual, para colmo, se le parece.
• Cuando ella menos se daba cuenta la tristeza le tocaba el hombro y le recordaba el pasado.
• Estaba por cumplir veintitrés años. Era de una palidez enfermiza, de una belleza trivial, no inspiraba pasión sino compasión. Y sin embargo quería llevarse el mundo por delante.
• Soy un argentino. Soy un espacio sin llenar, un lugar sin tiempo que no sabe adónde va.
• Siempre el pasado llega y se va sin importarle lo que deja.

jueves, 7 de enero de 2016

Apuntes de El medio es el masaje

• Durante los periodos de grandes transiciones tecnológicas y culturales surgen, invariablemente, innumerables confusiones y un profundo sentimiento de desesperación. Nuestra Era de la Ansiedad se debe, en gran medida, a que tratamos de realizar las tareas de la actualidad con las herramientas del pasado, y con los conceptos del pasado.
• Las guerras, las revoluciones y los levantamientos civiles son interfaces en los nuevos entornos creados por los medios de información electrónicos.
• Nuestra época ofrece la oportunidad singular de aprender por medio del humor: una broma perspicaz o incisiva puede ser más significativa que los tópicos que se hallan entre las dos tapas de un libro.
• Las ideas más antiguas y tradicionales sobre la existencia de acciones y pensamientos privados y aislados —los patrones de las tecnologías mecanicistas— se ven seriamente amenazadas por los métodos nuevos de recuperación instantánea y eléctrica de información, por el almacenamiento electrónico y computarizado de expedientes: esa gran sección de chismes que no perdona ni olvida, de la que no podemos obtener redención, que no permite eliminar los primeros «errores».
• ¿Cómo se programará el nuevo entorno, ahora que nos hemos involucrado tanto los unos con los otros, ahora que todos nos hemos convertido en mano de obra involuntaria que trabaja para el cambio social?
• El remolino mundial de información engendrado por los medios eléctricos —las películas, el satélite Telstar, la aviación— sobrepasa por mucho toda la posible influencia que pueden ejercer mamá y papá.
• Existe una diferencia abismal entre el aula y el entorno moderno de información eléctrica integrada de la casa. El niño televidente de hoy en día está sintonizado con las noticias «adultas» de última hora —inflación, disturbios, guerra, impuestos, crimen, bellezas en traje de baño— y se desconcierta al entrar en el entorno decimonónico que todavía caracteriza al sistema educativo, en donde la información es escasa pero se encuentra ordenada y estructurada en patrones, materias y horarios fragmentados y clasificados.
• El «niño» fue un invento del siglo diecisiete; no existía en, digamos, la época de Shakespeare. Hasta ese momento, se había fusionado con el mundo adulto, y no había nada que pudiera llamarse niñez, en el sentido que le damos nosotros.
• En el entorno informativo eléctrico, los grupos minoritarios ya no se pueden contener ni ignorar. Son demasiadas las personas que saben demasiado sobre los demás.
• Imponemos las formas de lo viejo al contenido de lo nuevo. La enfermedad persiste.
• A menudo existe un vínculo extraño entre las personas antisociales: su poder para ver los entornos como realmente son. 
• El humor como sistema de comunicación y como sonda de nuestro entorno (de lo que está pasando de verdad) nos permite la herramienta antientorno más atractiva. No se ocupa de la teoría sino de la experiencia inmediata y a menudo es la mejor guía de las percepciones cambiantes.
• El humor de hoy en día no tiene trama... no tiene orden.
• El profesionalismo es ambiental. El amateurismo es antiambiental. El profesionalismo funde al individuo en patrones de entorno total. El amateurismo busca el desarrollo de la conciencia total del individuo y el conocimiento crítico de las reglas básicas de la sociedad. El amateur puede permitirse perder. El profesional tiende a clasificar y a especializarse, a aceptar sin críticas las reglas del entorno. Las reglas básicas proporcionadas por la respuesta masiva de sus colegas sirven como un entorno penetrante, que ignora con satisfacción. El «experto» es el hombre que permanece en un mismo lugar.
• El aula se halla ahora en una lucha vital para sobrevivir al mundo «exterior», enormemente persuasivo, creado por los nuevos medios informativos. La educación debe cambiar la instrucción y la imposición de estarcidos por el descubrimiento, la investigación, la exploración y el reconocimiento de lenguaje de las formas.
• La juventud de hoy rechaza los objetivos. Quieren roles: R-O-L-E-S. Es decir, una participación total. No quieren objetivos o trabajos fragmentados y especializados.
• La deserción representa un rechazo a la tecnología decimonónica tal como se manifiesta en nuestras instituciones educativas. La educación participativa representa un esfuerzo creativo que intercambia el «paquete» por el descubrimiento en el proceso educativo.
• Ni siquiera un escritor tan imaginativo como Julio Verne pudo prever la rapidez con que la tecnología eléctrica produciría medios informativos. Pronosticó, temerariamente, que la televisión se inventaría en el siglo veintinueve.
• Las obras de ciencia ficción de la actualidad presentan situaciones que nos permiten percibir el potencial de las nuevas tecnologías.
• Hollywood ayudó a reforzar el sentido de carencia de los derechos básicos, y ese sentido de carencia ha desempeñado un gran papel en las revoluciones nacionales del continente asiático de la posguerra.
• El arte es salirse con la suya.
• La propaganda termina donde comienza el diálogo.

Todo esto lo publicó Marshall McLuhan en 1967.