Cuando sea grande quiero ser como mi amiga Irene Benito, que le hizo una soberbia entrevista a solas a Noam Chomsky, en Estados Unidos. Hoy se publicó la entrevista en La Gaceta (@LaGacetaTucuman), y de ella extraje dos preguntas sobre el atentado del 11-S.
-¿Cómo vivió el décimo aniversario del 11-S?
-Mi sentimiento es que aquello fue una atrocidad terrible, quizá uno de los ataques terroristas más deleznables de la historia. Pero pudo haber sido peor. Supongamos que el vuelo 93 de United Airlines que se estrelló en Shanksville, Pensilvania, y que supuestamente iba a dirigido a la Casa Blanca, conseguía su objetivo y mataba al presidente. Supongamos que en ese momento había un plan para establecer una dictadura militar, que este es impuesto, y que el resultado es la matanza y la tortura de cientos de miles de personas. Y que esa dictadura origina otros tantos golpes de Estado en el resto del mundo y que aquello conduce a una tremenda crisis económica global. Esto hubiese sido mucho peor que lo que nosotros llamamos 11-S. Y no es una suposición descabellada: todo eso pasó en el primer 11-S en América Latina.
-¿Cómo?
-Me refiero al 11 de septiembre de 1973, día del alzamiento militar en Chile y del suicidio del presidente Salvador Allende. Aquello fue peor que el 11 de septiembre de 2001 con una diferencia fundamental: nosotros provocamos esa tragedia. Somos los agentes del primer 11-S y las víctimas del segundo. La pregunta que me hago es: ¿por qué no lo recordamos? Y la perspectiva de reflexionar sobre esto resulta absolutamente desconcertante. El tema descolocaría a cualquier estadounidense. Tendríamos que poder pensar sobre esto, lo mismo que en la ejecución de (Osama) Bin Laden.
sábado, 31 de diciembre de 2011
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