miércoles, 7 de septiembre de 2011

Decisión de editor

Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Es lo que se escuchó en la cafetería de la Unsta, hace casi 10 años, cuando Crónica TV mostraba en directo cómo un avión se estrellaba contra un edificio gris inmenso, mientras, al lado, una cortina de humo y escombros daba cuenta del derribamiento de otro similar. El profesor de Derecho a la Información, Ernesto Salas, nos había avisado lo que hasta entonces era sólo una colisión impresionante. Puntual, entró al aula y anunció que no iba a dar la clase. Por esos días analizábamos la Doctrina de la real malicia. “No saben lo que ha pasado, chicos. Ha habido un accidente tremendo en Estados Unidos”. Pensábamos que nos estaba jodiendo. Algunos suponían que era una excusa poco seria para eludir el trabajo e ir a tomar café. Pero no: aunque estaba ya desde hacía varios años alejado de las redacciones, Salas, sin saberlo, con esa decisión nos estaba dando cátedra de periodismo. No la supimos valorar. El doctor Salas es hoy el subsecretario general de la Gobernación de Tucumán y es funcionario del gobierno de José Alperovich desde 2003. Entonces, en esa primaveral mañana del 11 de septiembre de 2001, además de docente universitario, aún se desempeñaba como abogado de la Asociación de Prensa de Tucumán (APT) y apenas comenzaba a incursionar en la política provincial. Sin embargo, su oficio estaba inalterado. Sin que se confirmase que se trataba de un ataque terrorista, el profesor Salas, con convicción, nos dijo: “me parece que hay que bajar e ir a verlo al bar”. En la academia, Salas dimensionó el hecho más trascendente de la historia reciente con astucia y rapidez, como si estuviese en el diario. Editó la mañana. Cedió su hora a la evidencia del periodismo.

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