domingo, 7 de marzo de 2010

Patrones de conversación

En Madrid vivo rodeado de ciudadanos de distintos países y descubro que hay ciertos denominadores comunes, patrones de conversaciones entre mis amigos y mis colegas argentinos y en mi familia, que aquí no funcionan. Algunos tópicos -por caso, la polémica por el Fondo del Bicentenario, lo mal que está jugando Boca o lo lindo que es salir a tomar un fernet con Coca en verano en Tucumán- quedan anulados. Inconscientemente, empiezo a hablar sobre temas que a los pocos segundos me doy cuenta de que no tendrán admisión. Cuando sigo las noticias acerca del resurgimiento de la disputa soberanista sobre las islas Malvinas, o la expectativa sobre El secreto de sus ojos en los Oscar o el suspenso en torno del equipo que llevará Maradona al Mundial me dan ganas de departir, de mantener un diálogo extenso y profundo sobre esos asuntos. Pero esa plática no es asequible. Y tal vez es lógico que así sea. Lo que hagan los Kirchner o Alperovich poco importa al lado de los escándalos de Berlusconi, de las medidas de Zapatero o de las críticas de Rajoy o de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, al manejo de la economía española, que está en crisis. La formación que disponga el Chueco Alves para el próximo partido posee escasa relevancia en comparación con la atención masiva que recibe la preparación del Real Madrid para corregir el resultado adverso ante el Olympique de Lyon. El conflicto del Atlántico Sur, pese a que le interesa mucho más a cualquier europeo que a muchos de mis compatriotas, es arcaico, insignificante o ya demasiado discutido en el ámbito mundial. Este choque no me estresa, pero sí me sorprende. Poco a poco voy entendiendo que las discusiones atractivas aquí son otras. Poco a poco voy comprendiendo este nuevo repertorio cotidiano internacional.

2 comentarios:

Le Monné dijo...

Cada sociedad "elige" los patrones y temas de conversación, las normalidades y lo relevante, de acuerdo a ciertos intereses mas complejos.
Oportunidad para abrir cabezas!(o cortarlas...je)
Qué dificil debe ser adaptarse a otro país así tan de repente. Mucha soledad, me imagino, a pesar de las novedades.

Alfonsina dijo...

me imagino que está jodida la charla jajaja pero q mas queres: alperovich y su "accidente" de bicicleta no son el eje de la conversación!! aquí me comí una semana de hipótesis disparatadas acerca del estado de su escroto ajajajaajajaj basta yaaaa aguante el panorama internacional!!!