miércoles, 8 de abril de 2009
Mirada a Bernasconi
Olor a café y a pucho viejo; a diario caliente, a tortillas recién horneadas. Un hombre de chaqueta y gorro celestes charla con todos. ¡Qué grande Atlético, papá!, provoca, cada tanto, mientras seca las tazas, en su búsqueda permanente de conversación. La chicana conecta. Desde la barra, un cliente bromea a los gritos con otro, que está sentado a una de las mesas; después, con el lustrín. El de siempre. El revistero de al lado abandona unos instantes un templete amarillento, atiborrado de publicaciones, y su radio modelo 70. Entra al bar. Jueguelé al 27, amigo. Es el año de nacimiento de Alfonsín, le dice a un hombre que saboreaba un cortadito caliente y hojeaba páginas monotemáticas sobre la muerte del ex presidente. Todos se conocen. La flor del desierto es una bonita chica, encargada de la caja. Habla poco. Las mujeres hablan poco cuando hay tantos hombres. Ríe. Esa es su forma de comunicarse. Son seis pesos, responde, mientras la registradora vomita varios tickets de una sola vez. Bernasconi nunca fue un nicho para la intelligentzia ni para los jóvenes. Fútbol, quiniela y política son las razones de vivir. Es un bar de mañana. Uno de los primeros al paso en Tucumán. Nunca fue la bohemia, que se quedó sin La Cosechera y sin El buen gusto. A Bernasconi entran y salen funcionarios, jueces, legisladores, empresarios y sindicalistas de los más rancios. En no más de dos cuadras están la Casa de Gobierno, bancos, la Federación Económica, la Caja Popular de Ahorros… y al frente, la plaza Independencia. San Martín 453. Baldosas negras, toldo y puerta tenaz con vidrios y férreos barrotes. Es una de las fachadas del señorial edificio del Jockey Club. Es el punto de encuentro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
Qué buena pintura del lugar y de las situaciones que allí se presentan. Si no conociera ese bar, seguramente se formaría en mi mente una imagen similar a lo que es con sólo leer tu texto. Sos un gran observador y mejor escritor, Juanjín. Felicitaciones.
Desde que deje el periodismo no fui más a desayunar ahí y con este cuadro, que pintaste con letras certeras, me despertaste todos los recuerdos de aquella época. En ese lugar concrete un amor, pelee un desamor y hasta llore la perdida...
Algunos grandes periodistas me dieron consejos y enseñanzas en sus mesas y algunos gremialistas quisieron pagar mi café mientras me trataban de vender alguna patraña en la barra. Un gran amigo de quien la vida me distancio sigue tomando su café del medio en ese bar, a veces paso lo veo y me tiento a entrar y tratar de remontar esa amistad de noticias y café, algun dia tendre que entrar.
Abrazo Juanjo y GRACIAS
Estimado Rafa, no conozco los pormenores de ese distanciamiento, pero sería buena una conversación, otra chance. Y gracias a vos, por mencionar que Bernasconi también es un punto de encuentro de periodistas. Me había olvidado de eso. Un abrazo.
Qué buena descripción hiciste, amigo. La verdad es que nunca entré ahí...algún día debería. Besos
Che loco me hiciste acordar a muchas mañanas de laburo en tucumán, muy bueno hermano
Mientrás leía esto, me senté allí, tomé un café y advertí todas las sensaciones y descripciones que hiciste del lugar. Muy bueno, compadre.
Un abrazo
Tremenda descripción compañero. Me hizo acordar al tema ese de Miguel Mateos que agitaba: "Hamburguesas no hay..".Un abrazo
muy buena la nota, grandes recuerdos de cuando uno quería cambiar el mundo en ese momento con un montón de ideales que todavía siguen pero no con el mismo ímpetu. Aunque sí estaba lleno de bohemios, al igual que el bar el colón, donde vendían el mejor locro, o el cine plaza donde estaban las últimas películas y el buen gusto, donde se hacían competencia de quién tomaba más pocillos de café los jueves o viernes a la noche y se discutía de política o temas actualidad hasta el amanecer. Lamentablemente se perdió. Creo que esos boliches son los que hacen falta ahora. Uno siempre tiene un bohemio en un rinconcito y añora estos lares. Un abrazo. Jjd
Juanjo querido, te olvidaste de nombrar a la mafia del club Sportivo Guzman, encabezada por Vargas A. y cia, que se juntan ahí. La verdad que muy bueno el post capo, me pintaste algo que uno olvida de tucumán, pero bue.
Te mando un abrazo querido y dece una vuelta por el mio. Cuidate
Publicar un comentario