sábado, 14 de febrero de 2009

Mary Poppins y el crac económico

Probablemente, la escena que sintetiza más acabadamente las corridas bancarias es una del clásico de Disney Mary Poppins, de 1964. En esa secuencia cinematográfica, Michael Banks, uno de los dos pequeños a cargo de esa institutriz misteriosa y encantadora, se había negado a depositar los dos céntimos de sus ahorros en el banco del cual su padre era accionista. Quiero mi dinero, había gritado el niño, luego de que el jefe de la entidad financiera, una de las de mayor renombre en Londres, después de intentar persuadirlo, directamente le arrebató de sus manos las monedas. La queja, entonces, se expandió velozmente en el lobby de la empresa, como un derrumbe de fichas de dominó. Los clientes empezaron a reclamar sus ahorros a viva voz. El banco quebró.
La alegoría tal vez sirva para comprender un poco la actual crisis internacional, que comenzó siendo inmobiliaria, financiera, accionaria y estadounidense, y ahora ya es económica y global. La desconfianza ganó terreno. Las burbujas se reventaron una tras otra. Los mercados estallaron como pompas de jabón.
El ahora crac, que se desató en la segunda mitad de 2006 como consecuencia del colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo (subprime), en Estados Unidos, se agravó con el correr de los meses al punto que casi ninguna nación escapa ya de la retracción general del nivel de actividad. Y este año estuvo marcado, en particular, ya no por las subprime, sino por los coletazos del estallido de ese negocio traicionero, que creció extraordinariamente de la mano de un libremercadismo a ultranza:
• Bancos, aseguradoras y grupos económicos de distinta índole cayeron en bancarrota.
• Desaceleración de las principales economías, que luego se expandió al resto del mundo.
• Pérdidas millonarias generales.
• Escándalos sobre acciones fraudulentas hasta el momento soslayadas por el monstruoso flujo de capitales de las economías centrales.
• La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) dispuso inauditas rebajas de su tasa de interés. Sólo este año el tipo de referencia cayó del 4% al histórico 0% de hoy.
• Por primera vez, el capitalismo, como paradigma del progreso, ha entrado en un plano de cuestionamientos.
• De hecho, se dispusieron intervenciones colosales nunca vistas de los Estados en los mercados y acciones conjuntas entre los bloques de naciones del mundo.
Frente a este cambio de escenario -parafraseando Fabiana Cantilo- los Estados acudieron a la enfermera; Estados Unidos, al deshollinador.
En la principal economía del planeta se votó como presidente a un ciudadano afroamericano, de discurso progresista y de retórica de héroe sensible, con propuestas de gobierno modernas y concretas, aunque de dudosa efectividad en el caso de las orientadas a corregir la catastrófica coyuntura económica del País del Norte y del mundo.
Analistas entienden que se han sobredimensionado las posibilidades con que cuenta una sola persona de resolver los problemas de millones. La recesión ya golpea por lo menos a Alemania, a Italia, a España, a Francia, a Japón y a Estados Unidos, y se descuenta que a más países industrializados y a otros tantos emergentes -acaso, la Argentina- también los azotará en 2009. Por caso, según informes privados, el crac ya se cobró casi 9.000 despidos y más de 33.000 suspensiones laborales en nuestro país.

Entre el suelo y el techo
En otra escena de la inolvidable Mary Poppins, un tío de Bert, el compañero de aventuras de la niñera, estaba gravamente enfermo... de risa. Mientras el tío Albert -así se llamaba- más se reía, más alto volaba. Su lecho de enfermo era, pues, el techo. Y como la felicidad del tío Albert no cesaba, y con sus chistes contagiaba a los visitantes -Mary Poppins, Bert, y los pequeños Jane y Michael Banks-, todos terminaron tomando el té en lo más alto de su casa, entre carcajada y carcajada. Cuando los comensales anunciaron que se retiraban, al no poder curar al risueño anfitrión, el tío Albert, por fin, se recuperó de su enfermedad: quedó atrapado en una tristeza ingente, en el suelo de su comedor.
A los mercados también se les terminó la fiesta. Ahora, la economía mundial debería poner los pies sobre la tierra.

4 comentarios:

el Rafa dijo...

Brillante comparación estimado JJ.

La Maga dijo...

Digo yo, los comerciantes vendrían a ser Mary Poppins: abrieron el paraguas para protegerse, pensando que subiendo los precios llegarían al cielo?

Anónimo dijo...

ES MUY ABURRIDO Y NO ENTIENDO NADA! ES MAS NI LO LEI! LO UNICO IMPORTANTE ES TU PERFECCIONAMIENTO EN EL POKER...Tano.

Anónimo dijo...

Lindo análisis, bien escrito y bien documentado. La cosa es realmente así. Ahora parece que es el turno de la China, de la India y de los países árabes más ricos...